El cártel, de Don Winslow

 

 

Se convirtió en su propio blues, en un fracasado de TomWaits, en un santo de Kerouac, en un héroe de Springsteen bajo las luces de la autopista estadounidense y el brillo del neón. En un fugitivo, un aparcero, un vagabundo, un vaquero que sabe que se le acaba la pradera pero sigue cabalgando porque no le queda otra cosa que hacer sino cabalgar.

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A excepción de su matrimonio y de los años que estuvo criando a sus hijos, Art Keller era un solitario, un marginado. Su padre era anglosajón y no quería un niño medio mexicano. Siempre tuvo un pie en ambos mundos, pero nunca los dos en el mismo. Criado en Barrio Logan, San Diego, tuvo que luchar por su mitad gringa en UCLA, tuvo que demostrar que no estaba allí por discriminación positiva.

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-Esto no es un juego –afirma Ana.
-No, es una guerra –responde Jimena–. La misma guerra de siempre.
Pablo lo entiende. Es la guerra entre los poseedores y los desposeídos, entre los poderosos y los desamparados. Los poderosos tienen poder para infligir sufrimiento; los desamparados solo pueden soportarlo.
Su única arma es la vergüenza, si es que los poderosos saben lo que es eso.

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Para Pablo, la frontera sí existe.
Como una realidad y como un estado de ánimo.
Para empezar, la realidad es que la frontera es la razón de ser de los cárteles. Si no hay frontera, no hay beneficio ni plaza. No hay violencia.
Por otro lado, la frontera es la razón por la que existen las
maquiladoras. El mercado de consumo más grande del mundo se encuentra dos kilómetros al norte, al otro lado de esa frontera. Con lo cual ¿qué mejor lugar para fabricar esos bienes de consumo?
Ahora es China, pero el afloramiento de las
maquiladoras cambió el paisaje de Juárez para siempre, creando las grandes colonias en las que la gente que puede encontrar trabajo lucha por sobrevivir con un tercio de lo que ganaba antes. Su pobreza los convierte en objetivos del reclutamiento de los narcos, y su desesperación en clientes de su producto.
Y su vida vale poco.
Esa es la realidad.  


[RBA Libros. Traducción de Efrén del Valle]

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