Aberración estelar, de Gilbert Sorrentino



Se podría decir que el chico ha quedado detenido en un momento de felicidad, si bien las fotografías, por excluirlo todo salvo la décima de segundo en que se toman, mienten siempre. Aun así las miramos, las urgimos a que nos entreguen sus verdades; en ésta uno querría poder ver atrapado para siempre en los ojos del chico el reflejo del fotógrafo, para saber si esa sombra irregular, que mancha la gravilla junto al cobertizo donde se mantiene fresca la leche, la arroja Louis Stellkamp, el propietario de esta granja, para ver no sólo lo que hay detrás del chico, sino lo que hay frente a él. Tal vez las tumbonas están vacías.

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Querido "ex Tony":

Te escribo sólo para saludarte y decirte la pena que me da ver que has terminado por perder el poquito pelo que tenías. Si estás preguntándote cómo es que sé esto que sepas que me remito a una foto que vi en el
Brooklyn Eagle en la que salías tú con la gorda de tu putilla y cuando digo gorda quiero decir Gorda, y un mick borracho metido a político corrupto todos posando juntos más anchos que largos en algún evento en el hotel St. George. ¿Qué era, el Baile anual de Alcohólicos Anónimos o como sea que lo llamen? Tu nueva mujer, je je, parecía que se hubiera zampado unas cuantas albóndigas antes de llegar.

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¿Qué pensaba de John McGrath, el padre de Marie?
Lo consideraba un obstáculo para cualquier "entendimiento" que pudiese alcanzar con Marie. Estaba en lo cierto al hacerlo.


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¿Cuáles eran algunos de los términos despreciativos que el señor McGrath utilizaba contra Tom?
En diversas circunstancias y momentos, se sabe que John McGrath había dicho: diosecito de hojalata, parche en el culo de un hombre, más falso que un billete de tres dólares, don Arrogante, sacacuartos, figurín manirroto, ¿dos mil plazos?, bigote de macarroni, nuestro héroe conquistador, incapaz de conservar a una mujer, buscafaldas, nada bueno, puñetero galán imbécil, pedo en mitad de una ventolera, donjuán, otra historia triste y nada más que estupideces y problemas. 


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Volvamos brevemente al dos plazas de Tom (o dos mil plazos): ¿por qué un vehículo mundano como éste causaba tal efecto en la gente?
Transmitía independencia y al diablo las preocupaciones, libertad y golferío juvenil. Así pues resultaba atrayente para la libido femenina y despertaba la envidia masculina y el temor a la cornamenta.

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Que vas a hacer lo que te dé la puñetera gana. ¿Es eso lo que me estás diciendo, Skip?
Tengo derecho a vivir
un poco, Papá.
¿Vivir? ¿Es ésta la
vida de la que hablas?
Ay, Papá.
Ando por ahí como el último mono, valgo menos que un puñetero pedo en una ventolera.
Tienes a tus amigos. No es que…
Mis amigos. Muy bonito que digas eso mientras te pones en evidencia delante de todo el mundo. Andas tan ocupada que estás tuerta de un ojo y ciega del otro.
Amigos. Pantalones-caídos Sapurty. Ach der Kaiser Louis. No es capaz ni de quitarse de encima la peste a estiércol. ¿Mis amigos? ¿El sujeto ese, Copan? Por Dios, si es un milagro que no se coma también los platos.


[Underwood Editorial. Traducción de Ce Santiago]

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