Mundos con letras

LOS PIES Y LAS MEDIAS

Jamás me gustó el tacto de las medias, pero reconozco que el contraste con la suavidad de la piel que cubren es justo lo que me hace superar la dentera. No es que en ese momento ansiara desnudarla impetuosamente ―de hecho, a mi edad la fogosidad de la pasión ya había dejado de parecerme una alternativa seductora―, pero tampoco puedo asegurar que en alg&uacut...

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KOTARO YU

Kotaro Yu era poca cosa: de estatura escasa y  complexión en apariencia frágil. Tan delgada que la ropa siempre parecía quedarle grande, como si se la comprara para otra persona. Le gustaba trabajar con camisa beige abotonada hasta el cuello, pantalón de algodón claro y zapatos de goma. No usaba delantal ni gorro. Nada de relojes, anillos o pulseras. Ni...

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TRAJE SASTRE

Tanto elogio era innecesario, aunque supuse que entraba dentro de las obligaciones de un sastre. Solo con asentir me bastó para terminar y con mi complacencia dejamos por fin zanjado el tema del traje. Tan solo quedaba pedir que lo llevaran a casa a la mayor brevedad posible. Así que, mientras un empleado recogía todo con la meticulosidad de un cirujano, yo tecleaba mi PI...

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MIRADA DE ENFERMO

Mi vecina, que a la vez es mi médica, me contó cómo debía tomar las medicinas. Al hacerlo, señaló con la punta del bolígrafo las notas que había escrito en un papel, y lo repitió varias veces como si estuviera dando clase de matemáticas a un niño. Me resultó algo vergonzoso que pensara adecuado anotarme...

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ESA MEMORIA

El teatro estaba cerrado por su acceso principal, como es lo normal a esas horas de la mañana, así que directamente fui a la entrada de artistas de la calle lateral, donde un telefonillo roñoso era la única vía de comunicación con el interior. Me abrió un técnico de iluminación al que conocía de otras ocasiones pero del qu...

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EL DÍA QUE LA CAGUÉ

“No quiero volver a verte nunca más”. La cabrona lo dejo escrito en un puto pos-it y luego lo pegó en la nevera, junto al imán de nuestro viaje a Berlín, con recochineo, dando por saco, como siempre. Y encima con esa letra suya de médico internista que no hay dios que la entienda a la primera. No me jodas. Uno tiene también su corazoncito y en...

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MEJOR NO APUESTO

Estoy ahí en medio. Soy el único que no lee la prensa, aquel que lleva su informe médico anual en las manos. El que mira sin apenas interés cada uno de los apartados, la mayoría de los cuales no sé lo que significan. Conocer la trascendencia del índice de saturación de transferrina o saber el tiempo exacto de tromboplastina parcial activ...

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IMPROVISANDO

Quité el precinto del cepillo de dientes y me cepillé más despacio y durante más tiempo del que suelo emplear. Quería retrasar lo máximo posible el momento en que me quedaba a solas con ella en aquel hotel del que no recuerdo ni el nombre. Apagué la luz del baño y salí a escena igual que los actores cuando entran en el escenario: apare...

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FUE EN HAMBURGO

La última vez que había estado con una mujer en la cama había sido unas semanas atrás, en Hamburgo, cuando fui a recoger un premio de la asociación de arquitectos. Era una mujer joven, de unos treinta años, de cuerpo muy cuidado, sonrisa fácil y corte de pelo difícil, atractiva según los cánones de las revistas de moda, sugerent...

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ESA MIRADA

Nos acabábamos de levantar. Tenía una goma elástica en la muñeca. La sacó y con diestros movimientos mil veces realizados se hizo una cola de caballo, corta pero bailarina. Después me miró a mí. Masticaba. Mantenía en la mano una tostada con la muesca de su mordisco. De su café ascendía una fina espiral de humo blanco que...

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