Días de fiesta, de Jo Ann Beard

 

Aquellos a los que nos fascinó Los chicos de mi juventud, el libro de Jo Ann Beard también publicado por Muñeca Infinita, estamos de enhorabuena porque la editorial nos trae (con traducción de Inga Pellisa) Días de fiesta, un conjunto de 9 textos misceláneos que rompen las fronteras entre el ensayo y la ficción. Aunque 7 de ellos pueden considerarse más próximos al ensayo casi puro (digo “casi” porque contienen especulaciones y conjeturas respecto a cómo se sintieron otras personas ante ciertos bretes de la vida), hay 2 en los que la autora ya nos avanza que son relatos (“La tumba de la lucha libre” y “Lo que buscas te busca a ti”), y añade: Son también ensayos, cada uno a su (secreta) manera, y los ensayos son también relatos.

Algunos son autobiográficos, por ejemplo el último, el que da título al libro, “Días de fiesta”, en el que la escritora va mezclando e intercalando líneas temporales y recuerdos para hablarnos de sus amigas, una de ellas enferma (acabaría muriendo), del primer marido (que la abandonó por otra), de sus momentos de ansiedad, de sus viajes…

En otros nos cuenta historias ajenas. Uno de los mejores es “Werner”, historia real de un hombre cuyo edificio empezó a arder… El hombre consiguió salir y se salvó, de una manera tan increíble que prefiero que el lector la descubra por sí mismo.

Otro, éste bastante duro, relata la historia que le sucedió a una mujer llamada “Cheri” (título del  relato): los padecimientos desde que enferma de cáncer, su calvario con las terapias, los efectos secundarios físicos tras una intervención quirúrgica, sus recaídas. No es que entre en muchos detalles sobre el suplicio de la enfermedad, pero Jo Ann Beard se las arregla para que sintamos la situación de esta persona: desvalida, agotada, temerosa del desgaste físico, sin esperanzas hasta el punto de contactar con el célebre doctor Jack Kevorkian (sí, el de las eutanasias: recomiendo el telefilme que protagonizaba Al Pacino). Al final de un párrafo dice la narradora:

No existir es imposible de imaginar, descubre, porque para imaginar, uno debe existir. Lo más que consigue es visualizar el mundo tal y como es, pero sin ella. E incluso así, es ella la que lo está visualizando.  

En “Cerca” nos habla de la escritura, y también de los patos a los que intenta salvar de los depredadores. Anoto un extracto:

A escribir se aprende leyendo, tanto la obra de autores publicados como de nuestros compañeros, y empleando nuestro poder de penetración y creatividad para analizar lo que leemos y averiguar por qué funciona cuando funciona y qué es lo que falta cuando no.

Jo Ann Beard tiene un don para elaborar ensayos narrativos con pinceladas de imaginación y saltos en el tiempo mediante los que enhebra un discurso en el que se conjugan los recuerdos y las reflexiones y una cercanía a las personas que, cuando se trata de gente que sufre, nos transmite todo su dolor. Por cierto, su actual marido es Scott Spencer, escritor del que Muñeca Infinita publicará en breve su novela Amor sin fin, de la que en los 80 Franco Zeffirelli hizo una adaptación protagonizada por Brooke Shields (y en la que aparecían unos jovencísimos Tom Cruise y James Spader como secundarios).



[Muñeca Infinita. Traducción de Inga Pellisa]

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*