La escritura, el espíritu del escritor y la vergüenza

El viejo Roland Barthes, con el que tiene uno que esforzarse para comprenderle, publicó en 1969 una columna en el Corriere della sera, llamada “Diez razones para escribir”, en las que enumera las que cree que son las suyas para hacerlo. La que más me llama la atención es la número siete, en la que afirma que lo hace “para satisfacer a amigos e irritar enemigos”. Uno se ríe, quizás tenga razón, pero el resto del libro, donde se recoge el citado artículo (“Variaciones sobre la escritura”, Paidós, 2002), nos propone un nivel de significación, de estructuras, de discusiones relativas al texto y a su ejecución, que hacen que desaparezcan las risas de inmediato: escribir es un oficio creativo de traspiración extenuante, algunas veces, muchas, y otras, muchas, algunas, de un placer apasionante. Seguir leyendo el artículo aquí.

Artículo publicado en el diario La Prensa, viernes 8 de abril de 2022.

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