Éste me parece, sin duda, uno de los proyectos más atractivos de la temporada: Aposento es la aproximación de Miguel Ángel Muñoz a la obra de Mercedes Soriano, fallecida en 2002 a los 49 años de edad, y de quien la misma editorial ha rescatado Contra vosotros, una de las novelas que publicó en Alfaguara en los 90.
APOSENTO:
Un escritor decide rescatar a una escritora e indagar en su alejamiento de Madrid y su posterior permanencia en Presillas Bajas (Almería); el primero trata de entender las razones de esa distancia de la segunda, de la desaparición de ese nombre que antaño estuvo en alza y hoy ya no se cita. Los géneros que despliega Miguel Ángel Muñoz durante sus búsquedas y reflexiones son variados y su manera de encajar unos con otros resulta apetecible a priori y fascinante a posteriori:
En la primera parte, “La escritora (ensayo)”, nos encontramos con un texto escrito en segunda persona en el que hay dudas, incertidumbres, descubrimientos… Miguel Ángel Muñoz esboza un proyecto en 2002, tras leer en la prensa una necrológica, pero alcanzar ese propósito le costará años, lecturas, titubeos, viajes y meditaciones que puedan situarle en la perspectiva adecuada para escribir ese libro. El apoyo literario y cinematográfico es fundamental para encontrar el camino: obras de Pascal Quignard, Peter Handke, Nuri Bilge Ceylan, Thomas Bernhard, Charles Laughton, Fernando Pessoa… Cineastas y escritores proclives a las periferias, a lo íntimo, a la huida del ruido.
En la segunda, “Cartas”, el autor compra un cuaderno para escribir, en primera persona, misivas a Mercedes Soriano. Es una manera de acercarse más a ella, de contarle su proyecto, de decirle que aún no se ha leído su obra completa (pero lo hará) y que rechaza entrevistarse con todos aquellos que la conocieron para respetar la privacidad y el alejamiento que eligió.
En la tercera, “Lecturas”, el género epistolar da paso a la crítica literaria: se analizan y comentan las obras de Soriano. Aunque, por fortuna, no es el repaso de un crítico sino el entusiasmo de un lector entregado a una obra que le apasiona.
En la cuarta y última, “La novela”, un texto breve y no menos formidable que los anteriores, escrito en tercera persona, Miguel Ángel Muñoz se ve a sí mismo desde fuera, se relata, por así decirlo, mientras trata de contactar con un par de personas de Presillas Bajas para que le cuenten algo de la escritora cuyas huellas busca.
Aposento no es una biografía. Es un homenaje y un rescate mediante variaciones, derivas, pesquisas lectoras e intentos de aproximación: el mejor homenaje posible. Jugando con los puntos de vista, los géneros, las distancias y las perspectivas, M. A. Muñoz saca a M. Soriano del limbo en el que había caído, nos abre puertas hacia su obra y, de paso, construye uno de esos libros hermosos que tanto nos gustan donde el ensayo y la autobiografía se dan la mano y en el que priman el respeto y la lucidez de lo que no se dice:
Tenía muy claro que el texto indagaría en la estancia de Mercedes Soriano en Almería. Ella había elegido desaparecer de los focos literarios y huir de Madrid. No tenía sentido mirar hacia lo que ella había rechazado. Para respetarla a ella tenía que respetar su elección. Su texto no sería una semblanza, eso estaba claro, ni un ensayo biográfico, sino una pesquisa literaria en la que desempeñaba un papel fundamental la decisión de la escritora de desaparecer en ese no-lugar en el que el escritor había nacido, que él había aprendido a habitar por oposición, sin calma ni ningún tipo de aceptación.
CONTRA VOSOTROS:
Como les sucederá a muchas de las personas que se acerquen a esta nueva edición de Contra vosotros, yo tampoco había leído a Mercedes Soriano. Escudriñadas las cubiertas de sus obras en la red, me suenan de haberlas visto en algunas ocasiones en mis exhaustivas búsquedas en las Bibliotecas de Zamora y Salamanca en mis tiempos mozos (en aquella época me obsesionaba todo cuanto había publicado Alfaguara). Pero nada más.
Se trata de una novela construida mediante los monólogos de ocho personajes: tanto hombres como mujeres van narrando capítulos de sus vidas, de sus cuitas, de sus relaciones, y así van retratando el panorama español de finales de los 80, soltando entre medias numerosas perlas para subrayar: No vayas a pensar, no se trata de nada morboso, sino que algo me dice que prepararse para la muerte es aprender a vivir. El último, “Nadie”, es el más logrado y en el que jamás sabemos si detrás hay un narrador o una narradora: un texto repleto de furia y de sustancia. Una de las virtudes del libro, además de su prosa, es que podría estar escrito hoy mismo. No parece que haya envejecido, tampoco su discurso ha quedado obsoleto. Leamos un pequeño ejemplo como cierre:
Habéis sufrido tanto, os han engañado tantas veces que casi estáis a punto de afirmar que vuestro reino no es de este mundo cuando, como un relámpago, surge una ocasión y a ella os aferráis, clavo ardiendo, convencidos de que tenéis derecho a disfrutar aunque solo sea por el monto de agravios recibidos.
[La Navaja Suiza]