EL ESPEJO DE LOS LIBROS
(O COMO RECONOCERSE EN LAS CITAS DE LOS OTROS)
"Creo que Coetzee era así. Había decidido ser un existencialista, un romántico y un libertino. El problema era que no le salía de dentro y, en consecuencia, no sabía como serlo. Libertad, sensualidad, amor erótico... todo ello no era más que una idea en su cabeza, no un impulso instintivo en su cuerpo. No tenía condiciones para eso. No era una persona sensual.
(Verano, Coetzee)