Mundos con letras

LOS NERVIOS

La cocina estaba incorporada en el salón, así que a mi espalda oí como abría el grifo y se preparaba un café. Miré mi vaso vacío sobre la mesa con dos hielos aburridos en él. Lo rellené con un segundo whisky; no muy largo, pero tampoco corto. En el salón había un par de butacas y alguna silla, pero al volver prefiri&oacut...

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DOS MESES DE DIARIO

Un día empecé a escribir un diario y al poco tiempo lo dejé porque me exigía ser demasiado sincero conmigo mismo.Comencé endulzando alguna decepción, después disimulé media docena de vicios y por último terminé por omitir todo aquello que detestaba de mí. La experiencia duró un par de meses y cuando lo dejé ...

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DOS MESES DE DIARIO

Un día empecé a escribir un diario y al poco tiempo lo dejé porque me exigía ser demasiado sincero conmigo mismo.Comencé endulzando alguna decepción, después disimulé media docena de vicios y por último terminé por omitir todo aquello que detestaba de mí. La experiencia duró un par de meses y cuando lo dejé ...

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PREGUNTAS DE TÍMIDO

No tengo recuerdos precisos de hacia dónde derivó la conversación, pero sí recuerdo la necesidad que ambos teníamos de no dejar que el silencio nos violentara, por lo que no pasaba mucho tiempo hasta que uno de los dos sacaba un nuevo tema. Generalmente lo hacíamos en forma de pregunta. Como buen tímido, siempre he sido bastante rápido encont...

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EL ESPEJO DEL BAÑO

No dije nada y fui hasta el baño. Otra vez frente al espejo. Algo tienen los espejos de los cuartos de baño que siempre termino allí confesando las miserias. Deben ser el último reducto de sinceridad que me queda antes de engañarme a mi mismo en cuanto salgo.El espejo estaba demasiado bajo y era pequeño, así que me apoyé en el lavabo y me aga...

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LA PRIMERA NOCHE

Fuimos a su casa. Me dijo que había comprado el sillón por la mañana y me senté para probarlo. Bostecé. Ella lo hizo después. Era muy tarde y estábamos cansados. Cuando empezó la noche no pensé que la conocería. El contagio del bostezo fue nuestro primer acto de complicidad.  Puso los pies sobre la mesa y yo, seguro de que ...

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MUJERES DESPEREZADAS

Me gusta ver desperezarse a las mujeres por las mañanas; el descuido del pelo, la mirada aún difusa, cierto rubor en la piel y los labios mucho mas sugerentes que cuando se acostaron. Me gusta ver cómo aparece su ombligo bajo el pijama cuando se estiran. Me gusta que ronroneen como un gato antes de levantarse. Me gusta que saquen una pierna del edredón y se miren el pie...

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COLORES

Me pidió que la disculpara unos minutos. Coge lo que quieras de la nevera, dijo. Di cuatro pasos y llegué hasta una librería de madera clara. Plantado frente a los libros repasé algunos títulos, más por entretenimiento que por interés, lo que hizo que me olvidara de ellos en cuanto me di la vuelta. Reparé luego en el crujido de la madera...

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LAS GANAS

Me había dado las indicaciones pertinentes para llegar a su casa antes de cerrar los ojos y dejar la cabeza apoyada en el asiento del copiloto. No voy a dormirme, me dijo, tranquilo. Las curvas de la carretera y su poco cuidado asfalto hacían que su cabeza se moviera levemente de un lado a otro. Entre los pies llevaba la bolsa con las botellas de vino con la despreocupación j...

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COCIDO MONTAÑÉS

Nada más aterrizar me llevó a un restaurante en un pueblo perdido, uno sin grandes pretensiones, ni estéticas ni gastronómicas, lo que facilitó la elección del menú. Era un negocio familiar, de comida casera, de esos que huelen a caldo de carne al entrar y el dintel de la puerta es tan bajo que hay que agacharse para pasar. Hacía muchos a&nti...

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