HUMANIDAD, DEJA DE TOCARME LAS PELOTAS
eso decía el viejo Hank, mi queridísimo y nihilista compañero de ruta, humanidad, deja de tocarme las pelotas, y casi que sí, deja de tocármelas ya de una vez... me meto en mi caparazón si no, así de fácil y de sencillo, y digo adiós a lo que me ofende y molesta y lastima, porque, entre otras muchas cosas, tengo que empezar ya a vender...
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