Escrito en el viento

Orugas

Colgaban en forma de sogas serpenteantes de carne segmentada: gordas y espinosas, cubiertas de moho reluciente. Algunas eran tan grandes como mi antebrazo. Otras eran lo bastante pequeñas para metérsete por el oído. Yo nunca las había visto de tantos colores. Las hojas de los árboles estaban todas comidas, llenas de esqueletos que se enroscaban y estiraban el cue...

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