EL 600 DE MIS PADRES
El primer coche de mis padres fue un 600 color guinda. Mi padre, con su bigotillo a lo Errol Flynn, solía conducir orgulloso con el brazo apoyado en la ventanilla. Mi madre, en cambio, ni en pleno julio bajaba la suya para no estropear su cardado. Un verano, una piedrecita que levantó el camión que nos precedía rompió el cristal delantero. Fue un disgusto may&u...
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