ESA PELÍCULA QUE…

RÍO BRAVO (1959) Howard Hawks

John Waine, Río Bravo (1959) Howard Hawks

ESA PELÍCULA QUE…INSPIRÓ MI LIBRO

Firma invitada: Juanma de la Poza

El bárbaro y la geisha (The Barbarian and the Geisha, 1958), de John Huston, fue la única película protagonizada por John Wayne estrenada en 1958. Y ese año resultó ser el único entre 1949 y 1974 en el que no estuvo incluido en la lista de los diez actores más taquilleros de Norteamérica. Al público no le gustó ver a su actor favorito metido en la piel de Townsend Harris, un diplomático estadounidense al que se le encomienda la misión de negociar con el hostil gobierno japonés para establecer relaciones comerciales y la película fue un fracaso comercial. Harris tendrá que afrontar todo tipo de amenazas y dificultades y, aunque sucumbirá al embrujo de una hermosa geisha (Eiko Ando), llevará a cabo su cometido. La historia es atractiva y está basada en hechos reales (esta relación se hizo muy conocida en el país). Las tres películas que había estrenado en 1957 (Escrito bajo el sol, Amor a reacción y Arenasde muerte) corrieron, más o menos, la misma suerte entre el público. John Wayne necesitaba un gran éxito de taquilla urgentemente para no perder su condición de gran estrella. Cuando leyó el guion de Río Bravo (obra de Leigh Brackett y Jules Furthman) se dio cuenta enseguida de que este era el proyecto que le iba a colocar otra vez dentro de la lista de los diez actores favoritos de Hollywood.

RÍO BRAVO, EL REVERSO DE SOLO ANTE EL PELIGRO

Río Bravo
John Wayne, Dean Martin, Ricky Nelson , Rio Bravo (1959) Howard Hawks

Howard Hawks y John Wayne rodaron Río Bravo porque no les había gustado absolutamente nada Solo ante el peligro (High Noon, 1952), de Fred Zinnemann. Consideraban una falta de profesionalidad por parte del sheriff Will Kane, interpretado por Gary Cooper, ir pidiendo ayuda como un pollo sin cabeza a todos sus conciudadanos. Director y actor querían hacer un wéstern con el punto de vista exactamente opuesto.Río Bravo representaba lo contrario a Solo ante el peligro: un representante de la ley que solo quiere contar con otros profesionales para hacerle frente a un rico terrateniente (y sus secuaces) que pretende sacar de la cárcel de Río Bravo por todos los medios a su hermano menor, acusado de asesinato. El Duque no había rodado un wéstern desde Centauros del desierto (The Searchers, 1956) y sus películas más recientes no habían sido precisamente una serie de triunfos. El viejo zorro plateado llevaba sin rodar una película desde Tierra de faraones (Land of the Pharaohs, 1955), una esplendorosa superproducción ambientada en el Antiguo Egipto con un un final tan impactante como inolvidable que no gozó del favor ni de la crítica ni del público. «No me parece –argumentó Howard Hawks antes de rodar Rio Bravo– que un sheriff deba correr por la ciudad, como un polluelo asustado pidiendo ayuda, y que al final sea su esposa cuáquera quien lo salve. Esa no es la idea que yo tengo de un buen sheriff». La película de Fred Zinnemann tampoco le gustó a John Wayne, aunque por un motivo algo distinto: la historia mostraba una sociedad cobarde, cínica y desentendida que, según el Duque, era del todo ajena a la esencia de los Estados Unidos. Río Bravo tenía como objetivo principal reflejar de manera evidente tres reglas básicas del viejo Oeste: un sheriff debe asumir riesgos, cumplir con su deber y abstenerse de pedir ayuda a sus conciudadanos. Howard Haws dibujó una comunidad en la que los profesionales cumplen con su obligación sin llantos ni excusas y luchan en grupo por el bien común. Un elogio de quienes protegen la libertad y ponen límites a los poderosos. Una balada sobre los viejos códigos, las antiguas lealtades y el sentido del deber del viejo Oeste. Una película muy poco política, pero profundamente conservadora en su concepción del mundo. Una de las películas que han marcado mi infancia y a la que he dedicado el primer libro que he escrito en solitario Río Bravo. La quintaesencia del wéstern (Sílex Ediciones, 2023).

DEAN MARTIN EN BUSCA DE SU DIGNIDAD

Río Bravo 1959
Dean Martin, Río Bravo (1959)

La gran secuencia de apertura define magistralmente a los personajes y las situaciones sin necesidad de ningún diálogo: Un tipo sudoroso y desaliñado (Dean Martin) entra sigilosamente en un bar en busca de una bebida. Un hombre arroja con desdén una moneda en una escupidera. Dude está pensando en ir tras ella cuando el sheriff John T. Chance (John Wayne) lo detiene (la presentación de Wayne en un marcado contrapicado es magistral). Chance se vuelve para ocuparse del hombre que arrojó la moneda a la escupidera. El humillado Dude golpea a Chance por detrás. Burdette (Claude Akins) golpea a Dude mientras otros lo sostienen. Cuando alguien intenta detener a Burdette, le dispara a sangre fría. Una secuencia que homenajea al cine mudo y sirve para retratar la caída a los infiernos de uno de los protagonistas, Dude, y la defensa de su dignidad que hace su amigo John T. Chance, el gran héroe de esta historia. Howard Hawks omite los diálogos de forma evidente y recurre a los gestos. El cineasta estadounidense reivindicó siempre el aprendizaje que tuvo en el cine mudo (a pesar de que su obra durante ese periodo resulta prácticamente insignificante) y que descontextualizó una vez llegó el cine sonoro dando preferencia a la imagen y al movimiento, a las acciones por encima de las expresiones con palabras, aunque ha sido uno de los directores que mejor ha utilizado los diálogos en una película. Desde los primeros minutos, que introducen la historia sin una sola palabra, hasta el tiroteo final, transcurren casi dos horas y media en las que es imposible dejar de mirar la pantalla.

Río Bravo le dio a John Wayne su mejor papel desde Centauros del desierto y Escrito bajo el sol (The Wings of Eagles, 1957): John T. Chance, el sheriff de la ciudad fronteriza de Río Bravo que arresta a Joe Burdette (Claude Akins) por asesinato. El hermano mayor de Joe, Nathan (John Russell), el ranchero más poderoso de la frontera, hace que sus hombres rodeen la ciudad para tenerla controlada. Chance solo cuenta con la ayuda de un borracho, Dude, un viejo lisiado, Stumpy, (Walter Brennan) y un joven e inexperto pistolero, Colorado (Ricky Nelson) Todos ellos se encierran en la oficina del sheriff para impedir que el preso pueda ser liberado antes de que llegue la autoridad estatal. Fathers, una guapa y atractiva Angie Dickinson, se convierte en el interés romántico de Chance.

JOHN WAYNE ES EL WÉSTERN

John Wayne, Rio Bravo (1959) Howard Hawks

«No veo cómo puedes hacer un buen wéstern sin John Wayne», dijo Howard Hawks sobre el Duque. Puede parecer una exageración, pero un wéstern de John Wayne es un género en sí mismo. Muchas veces el Duque no decía las líneas como estaban escritas, las recitaba de la forma en que pensaba que las diría su personaje. Era perfecto con botas y sombrero de vaquero. Tenía una cualidad innata en la que confiaban John Ford y Howard Hawks. Wayne siempre está relajado, imponente e imperturbable durante toda la película. En respuesta directa a Solo ante el peligro, no quiere ayuda de aficionados bien intencionados, se considera un hombre autosuficiente, confía en sí mismo, no teme a la soledad y no depende de nadie para tomar sus propias decisiones. Tiene una serie de cualidades valiosas que no todos pueden desarrollar. No es frío ni despegado. A veces apreciamos en él un sentido del humor que sabe sacar ese punto de ironía e ingenio a una realidad un tanto gris y con bastantes aristas. Incluso el director , productor y guionista José Luis Garci ha dicho que «no se puede estar mejor en una película que John Wayne en Río Bravo». Para el escritor y analista cinematográfico Fernando Alonso Barahona «John Wayne interpreta a  la persona real, cercana, capaz de transmitir emoción y sentimiento».

En John T. Chance, el sheriff de Río Bravo puedes encontrar lo que esperas en cualquier personaje interpretado por John Wayne: fuerza, rigor, firmeza, integridad, virilidad, valor, orgullo… El Duque no suele defraudar casi nunca y en esta película realizó una de sus mejores interpretaciones. Considero un auténtico placer contemplar su expresión, escuchar su tono de voz, observar como utiliza su corpulencia para imponer respeto. En definitiva, disfrutar de una obra maestra y un wéstern bastante superior al interpretado por Gary Cooper (otra obra maestra).

RÍO BRAVO, EN EL TOP 10 DE LAS MEJORES PELÍCULAS

Howard Hawks, Angie Dickinson, durante el rodaje de Río Bravo (1959)

La película se estrenó en los Estados Unidos el 4 de abril de 1959 y tuvo un gran éxito de taquilla, aunque no recibió, incomprensiblemente, ninguna nominación a los Premios Óscar. Las críticas fueron mayoritariamente positivas, aunque no entusiastas. Millones de espectadores de casi todo el mundo contemplaron sin pestañear cómo una gota de sangre caía en una jarra de cerveza. Dude acaba de entrar en un salón en busca de un hombre al que acaba de herir en la calle. John T. Chance le sigue. Maltrecho por culpa de una resaca monumental, Dude asegura haber visto entrar al delincuente en esa instalación, pero nadie le cree: los allí presentes comienzan a hacerle unas cuantas bromas crueles. Cuando el ayudante está a punto de rendirse, se acerca a la barra a tomar un trago y ve de reojo caer un goteo de sangre sobre la espuma de una jarra de cerveza. Antes de que el cantinero pueda servirle, se gira con pulso admirable, dispara hacia arriba y el villano se desploma desde su escondite.

Cineastas tan prestigiosos a nivel mundial como José Luis Garci o Quentin Tarantino la consideran una de las 10 mejores películas de todos los tiempos. Río Bravo tiene drama, comedia, acción, romance, suspense e incluso una dosis de musical con tres canciones memorables: Rio Bravo, My Rifle, My Pony and Me y Cindy. Y es que la banda sonora inolvidable compuesta por Dimitri Tiomkin (el tema Degüello me parece de una calidad fuera de lo normal) y una fotografía a cargo de Russell Harlan a la que todavía no se le ha hecho justicia,  son de los puntos fuertes de esta obra maestra. Puedo decir en voz alta que lo considero el wéstern más completo que se ha rodado en la historia del séptimo arte. Río Bravo es pura sabiduría narrativa, Río Bravo es pura diversión, Río Bravo es puro cine, Río Bravo es la quintaesencia del wéstern. Los diálogos entre los protagonistas son a menudo intrascendentes con comentarios cómicos, bromas e indirectas de una naturalidad pasmosa, algo que ha influido enormemente en directores como John Carpenter. En 1976 este cineasta, admirador incondicional de Howard Hawks y John Wayne, rodó Asalto a la comisaría del distrito 13 (Assault on Precinct 13), que es básicamente la misma historia que cuenta Río Bravo mezclada con La noche de los noches vivientes (Night of the Living Dead, 1968), de George A. Romero, en un ambiente mas contemporáneo.

Juanma de la Poza: Licenciado en Geografía e Historia y Literatura y Lengua Castellana por la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba y Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Director ejecutivo en su empresa de marketing digital, también trabaja como analista, crítico e historiador cinematográfico en Internet y redes sociales. Destaca la promoción y difusión que hace del cine en su sitio web: www.juanmadelapoza.com.

Ha escrito el libro Río Bravo. La quintaesencia del wéstern (Silex Ediciones) y también es coautor junto a Fernando Alonso Barahona de Charlton Heston. Un héroe para la eternidadCecil B. DeMille. Un director de leyenda (ambos de Amarcord Ediciones)

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