No solo necesitamos leer más, sino mejor, porque la democratización de la imprenta, siempre injusta, está engordando las mesas de novedades con obras directamente prescindibles: leer mejor ayuda al crecimiento y consolidación del criterio, y ayuda a ajustar bien los oficios del arte, como la escritura o la crítica, que se resienten cuando leemos de modo superficial.
Hay que sumar, a más y mejor lectura, la heterogeneidad de la misma, porque las aludidas redes están llenas de lectores temáticos y cerriles (están en su derecho), que no se salen de los mismos subgéneros, aunque hay también muy interesantes círculos de lectura que están exponiendo (por fin) a un buen grupo de lectores a libros de verdad buenos. Ya veremos los resultados de todo ello.
Esta semana vuelve la Feria Internacional del Libro de Panamá, donde se podrán adquirir los tan necesitados libros, y también se podrá interactuar con los escritores en un puñado de buenas actividades, que les van a acercar a la literatura más reciente que se está haciendo en Panamá (hay muy buenas novedades, no se las pierdan) y en Hispanoamérica. Así que no dejen de asistir a la cita.
Necesitamos leer, más, mejor, de todo y estoy convencido de que la receta no es mala: por lo menos no nos dejaremos arrastrar con tanta facilidad por lo charlatanes políticos, que espero no se pavoneen por la Feria, y si lo hacen, que se compren un buen libro, aunque con la búsqueda de alianzas no tendrán tiempo de leer: nos están escribiendo un cuento de terror de cinco años. Leer el artículo aquí.
Artículo publicado en el diario La Prensa, martes 15 de agosto de 2023.