3 POEMAS de SAMUEL BRESSÓN



UNA ROSA

Cada mañana florece en mi ventana una rosa,
cada mañana es la misma rosa,
pequeña y desvalida me llama en silencio,
la tomo entre mis labios y la llevo conmigo
sus espinas hacen brotar sangre de mis labios,
camino descalzo sobre amatista y ojo de tigre,
deseo abrir la boca, dejar caer el dolor,
deseo apretar los labios,
tatuar en ellos la herida,
si Dios existiera no florecería
una pequeña rosa en mi ventana,
no olerían mis sábanas cada abril
a las lilas de nuestra extinta primavera,
si Dios existiera no haría falta
que Dios existiera,
no dolería olvidar,
no dolería recordar,
no se moverían de su lugar
las gaviotas bajo la tormenta.


ACEPTACIÓN

No trates de reconstruir una vida
sobre los escombros de otra
que aún trata de morir,
no obligues a la vida a manifestarse,
está dentro de ti
aunque no lo parezca,
aunque no se muestre,
aunque te muestre el rostro
de una gigantesca nada,
debes aceptar el vacío,
hacerle hueco al vacío,
forma también parte de tu vida,
se llenará de vida plena y nueva
sobre los cimientos
de tu entereza y aceptación,
del necesario silencio,
tiempo,
oxígeno que requiere
comprender
recuperarse,
regresar.


LUZ

Hay seres de luz que no necesitan
escribir poesía ni pintar cuadros ni cantar
para iluminar todo a su alrededor,
su resplandor es más curativo
que el de cualquier obra de arte,
ellos son su propia obra
y van dejando a su paso
un rastro de bienestar,
de paz, de redención
y brotan frutos y sinfonías
y lo único que han hecho
es estar.

Samuel Bressón


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