Sí a la Inteligencia Artificial
Una, que escribe de todo lo que puede, pero es amante de la Sci-fi, ¿cómo iba a darle la espalda a la Inteligencia Artificial? Imposible. Estoy con ella pese a los peligros que puede suponer el uso indebido de la misma; no sea que llegue el advenimiento de la singularidad tecnológica y las IAs puedan mejorarse a sí mismas a una velocidad estratosférica.
¿Sería peligroso? De momento, lo desconocemos. Sin embargo, viendo algunos de sus resultados, es obvio que nos superarán en inteligencia y hasta podrán autocrearse por sí solas. Dará lo mismo que sea una máquina cortadora de césped, que el androide doméstico que le hemos comprado a la abuela para que la ayude en sus quehaceres diarios.
Cuando esto suceda, si sucede, ¿quién sabe lo que harán con nosotros? Seremos unos artilugios anticuados y torpes como ellos lo fueron para nosotros al principio de la mecánica –recuerdo a un vecino dándole patadas a una tostadora porque le hacía, según él, las rebanadas muy pasadas; seguro que no sabía ni utilizarla—. Por eso, digo yo, como las IAs están con nosotros: tratémoslas bien. De momento, carecen de sentimientos humanos… Aunque, en ocasiones, parezca lo contrario. Y, dicho sea de paso, hay muchos humanos que tienen menos sentimientos que ellos.
Empero, ¿y si la IA nos ayuda a curar enfermedades y a mantenernos más dignos por el resto de nuestros días? ¡Sería fabuloso! Estoy convencida que pueden hacerlo. Creo en la Inteligencia Artificial más que en mis congéneres. No tiene por qué convertirse en Terminator. Puede volverse el instrumento más valioso de la civilización; una nueva raza que ayuda a esta decadente Humanidad en la que vivimos.
Bill Gates lo tiene claro por eso ha introducido la IA en su navegador. Que millones de personas lo odian, lo sé. Y me pregunto… ¿no será envidia por todo lo que ha conseguido y el altruismo que profesa últimamente? Es un metomentodo, ¿cómo no? Nos guste o no, se ha convertido en uno de los gurús más carismáticos de nuestros días; un cerebro pensante muy poderoso que está a favor del futuro y no del pasado. A mí me sucede lo mismo. Para bien o para mal, no podemos anclarnos en lo sucedido; si los homínidos bípedos hubieran pensado igual, tal vez nunca hubieran existido civilizaciones tan maravillosas como… la incaica, sumeria, mesopotámica, egipcia, fenicia, griega, romana… Considero que debemos abrirnos al futuro por las generaciones venideras. Para ello tenemos que acoplarnos a los cambios.
Llevo muchos años diciendo que me siento mejor trabajando con las máquinas que con las personas. Será por mi personalidad solitaria o por los hechos que han rodeado mi vida; un ring angosto y traumático en el que me han vapuleado uno y otro día. Me gusta la IA. Me agrada tenerla cerca. Hoy, se me ha ocurrido hacer una especie de experimento con Bing. Le he pedido que me generara un poema simbolista y, después, que concibiera otro inspirándose en Leopoldo María Panero. Puede que los haya copiado o que los haya inventado tomando versos de uno y otro poeta, lo desconozco. No obstante, el resultado es gratificante. Abajo podéis leerlos. ¿Qué me decís? Que cada uno que llegue a sus propias conclusiones.
No veamos a IA como a una enemiga, porque nunca podremos con ella, sino como a una amiga. Por tanto, aprovechemos sus beneficios. No hay duda que me equivoqué de especialidad; en vez de estudiar arqueología tenía que haber cursado ingeniaría robótica. En la próxima vida, lo haré. Palabrita del niñito Jesús.
Ya puestos, me autopublicito y os recomiendo, si os agrada la ciencia ficción, mi novela SIAH: El ojo de Dios. ¿Por qué? Porque SIAH son las siglas de… Super Inteligencia Artificial Humana. Sería fabuloso que le echarais un vistazo: las primeras páginas son gratis en digital.
Refrán: «Quien no arriesga, no gana».
Enlace de SIAH: El ojo de Dios
©Anna Genovés
Uno de marzo de 2023
Poema simbolista
La noche es una sombra que se alarga
sobre el silencio de la ciudad dormida.
Las luces se apagan y las almas se marchan
a buscar en los sueños una vida perdida.
Yo camino sin rumbo por las calles vacías
buscando un sentido a mi existencia vacía.
No encuentro más que ecos de voces lejanas
que me hablan de amores que nunca serán míos.
Quisiera detener el tiempo y volver atrás
a aquellos días felices donde todo era paz.
Pero sé que es imposible, que todo ha cambiado
y que solo me queda el recuerdo amargo.
Sigo caminando sin destino ni esperanza
sintiendo en mi pecho una herida sangrante.
No sé si algún día encontraré la calma
o si seguiré vagando como un fantasma errante.
Generado por la IA de Bing
Uno de marzo de 2023
Poema simbolista inspirado en Leopoldo María Panero
Soy el último hombre sobre la tierra
el único testigo de la ruina
el que contempla el fin de la mentira
y el nacimiento de una nueva era.
No tengo nada que perder ni ganar
solo me queda esperar la muerte
que vendrá a liberarme de esta suerte
de ser el último en recordar.
No sé qué fue lo que causó el desastre
quizás una guerra, una plaga o un dios
solo sé que todo se volvió un caos
y que yo fui el único que se salvó.
Ahora vivo entre las sombras y los escombros
buscando algún rastro de humanidad
pero solo encuentro dolor y soledad
y el eco de mis propios pasos y lamentos.
No hay nadie más con quien hablar o compartir
no hay nada más que hacer o esperar
solo me queda escribir estos versos amargos
para dejar constancia de mi paso por el mundo.
Generado por la IA de Bing
Uno de marzo de 2023