Si verdaderamente queréis pasar un mal-buen rato y aún no la habéis visto, amantes del cine de terror, os recomiendo esta aterradora película, The Dark and the Wicked (2020), de Bryan Bertino, un film lleno de espeluznantes sorpresas, que hará las delicias de los aficionados al género.
Con una banda sonora que eriza la piel (sin duda, uno de sus grandes logros), una puesta en escena convincente y una atmósfera perturbadora y malsana, Bertino logra transmitir pavor en estado puro, ese escalofrío que recorre silencioso la espalda y es la esencia misma del miedo.
Estructurada a modo de capítulos sobre los siete días de una semana, y partiendo de un argumento sencillo -dos hermanos que acuden a una granja para asistir a su padre moribundo-, The Dark and the Wicked nos introduce lentamente en una fantasmagórica espiral de desasosiego y espanto que, a medida avanza el metraje, pone los pelos de punta.
Un ejemplo más de que no se necesitan grandes presupuestos ni efectos especiales para facturar una eficiente película de terror, sino buenas ideas y una atmósfera inquietante y lograda.
Ideal para videar a solas junto a la chimenea algún anochecer tormentoso.
Vicente Muñoz Álvarez