Hay un minúsculo reducto
de humanidad, en serio,
puedo sentirlo a veces,
un espacio infraordinario
entre la belleza y el dolor,
un túnel subterráneo
apenas perceptible
a la mirada,
una ternura desvalorizada
en el mercado bursátil
de las apariencias.
Pero fíjate bien,
esta ahí, justo ahí,
debajo del umbral
de atención cotidiano,
es la llama de un fósforo
en mitad de un incendio,
es lo común frente a lo
excepcional,
lo corriente frente a lo
exótico,
es la grandeza de las
pequeñas cosas.
esta ahí, justo ahí,
debajo del umbral
de atención cotidiano,
es la llama de un fósforo
en mitad de un incendio,
es lo común frente a lo
excepcional,
lo corriente frente a lo
exótico,
es la grandeza de las
pequeñas cosas.
Aquello que por costumbre
olvidamos mirar
podría contener
la esencia primordial
de la existencia.
olvidamos mirar
podría contener
la esencia primordial
de la existencia.
Escúchalo, presta atención,
está latiendo
dentro de nuestros cuerpos.
está latiendo
dentro de nuestros cuerpos.
(Pum, pum, pum)
Minúsculos estratos
de felicidad y de tristeza
nos interpelan, nos gritan,
muestran quién nos habita
de huesos para dentro.
Hay una luz trémula,
un íntimo goteo opalescente
acariciando el lomo
de los muslos,
nos cruje entre las piernas
como papel de aluminio
estrujado
y salpica a retazos
este falso estatismo.
de felicidad y de tristeza
nos interpelan, nos gritan,
muestran quién nos habita
de huesos para dentro.
Hay una luz trémula,
un íntimo goteo opalescente
acariciando el lomo
de los muslos,
nos cruje entre las piernas
como papel de aluminio
estrujado
y salpica a retazos
este falso estatismo.
Hay una luz orgásmica
debajo del ombligo
y huele a movimiento.
debajo del ombligo
y huele a movimiento.
Necesito
deseo
quiero dejar que brille.
deseo
quiero dejar que brille.
(Pum pum pum)
¿Sientes el pulso
latir en rebeldía?
latir en rebeldía?
Somos un corazón
inarrendable.
inarrendable.
¿En qué momento
llegamos a olvidarlo?
llegamos a olvidarlo?
Gema Fernández Martínez