Cuando el fuego nos salva
Que gran parte de Europa —en especial la del norte— lleva tiempo muerta, no me parece una teoría sino más bien un hecho. Adormecidas, materialistas, avejentadas, algunas franjas del mundo revientan de sopor, encerradas en el individualismo que nos va barriendo. Estabilidad, seguridad. Que nada nos transforme. El documental The Swedish Theory of Love (2015) o el más reciente filme Another round (2020) vienen a hablarnos de ese margen: el del tedio absoluto. Aquel donde experimentamos dimensiones inimaginables del aburrimiento, empujados por sistemas que nos protegen de todo peligro.
La historia que nos trae Guillermo Arriaga en Salvar el fuegoes, por suerte, otra. Cinefilias aparte, es su primera novela en mis manos. Ganadora del Premio Alfaguara 2020, la pandemia quizá se le echó encima. No importa: esta obra corre con firme zancada, abrazando farallones como sus protagonistas.
Pulsión, precipicios, bizarría. Navegar a la contra dentro del abismo. Alejarse de morir en vida, sin saber quiénes fuimos, ni qué quisimos, limitándonos a seguir el rumbo marcado por otros o por lo que resulta ajeno a nuestra materia profunda, ese carbón que bulle y quema y que genera, si lo dejamos, arriesgados incendios.
Salvar el fuego, el ardor, la vida. Una historia de amor en un México convulso, indomable, abrazado al desastre, descarnado y con piel de toro, cosido a golpes. Un país cicatriz en el que José Cuauhtémoc, condenado por homicidio a cincuenta años de cárcel, se enamora de Marina Longines, coreógrafa. Lo personal y lo social, el contraste de mundos, la respiración de la historia, las distintas voces. El uso —maestro, maestro, maestro— del lenguaje.
La felicidad es ajena a la falta de problemas, ya lo sabemos. Y a ningún lugar llegamos desde el sillón de la complacencia. Encarar el conflicto es inevitable. Amar es resistir y no querer morir. La rebelión más vigorosa y aquí suprema.
Si quieres hacer reír a dios, háblale de tus planes, leemos en algún momento de la obra. Encontramos algo porque llevamos tiempo buscándolo. Incluso sin darnos cuenta, añade Marina.
Dice Arriaga que con sus obras quisiera salpicarnos. Bien. He acabado empapada y con un motín adentro. Igual que su cine arriesga, esta historia salva nuestra quemadura, caminando sobre el alambre más fino. El hilo en el que prenderá la luz. En el que sobrevivirá el fuego.
Salvar el fuego (Alfaguara, 2020) | Guillermo Arriaga | 664 páginas | 20,90 euros.
* Publicada el 03/11/2021 en Estado Crítico.