En los relatos de Ángeles Mora Álvarez, la locura juega con nosotros. Estira, deshace, retuerce la figura que creíamos real, esa que se nos antojaba verdadera, sana, limpia. En sus manos lo somos todo o no somos nada. Sobrevuela estos cuentos oscuros y hermosos, creando un tablero de personajes alucinados, atmósferas foscas, sucesos extraños. Porque la locura, al fin y al cabo, es una dama caprichosa y gótica, sombría y brutal, y nosotros no somos más que el hilo en sus juegos de cordel.
«Con el trasfondo de la locura, Ángeles ordena estos veinte relatos en tres partes que giran en torno a los secretos familiares, los cambios, duelos, rupturas y, por último, tal vez el más inquietante de todos, la figura de la madre. Escribía Ligotti que “solo podríamos escondernos del horror en las profundidades del horror” y pienso que no existe en el mundo una frase más acertada. (…) De igual manera, para escondernos de la locura tal vez sea necesario enloquecer un poco, transformarse, asumir la alienación por muy paradójico que parezca al primer vistazo».
Del prólogo de Ana Martínez Castillo