La película sobre faros que siempre quise ver y nadie había rodado: The Lighthouse (2019), de Robert Engers.
Con una maravillosa y tenebrista fotografía en blanco y negro, un guion delirante y lleno de giros sorprendentes, y las impresionantes actuaciones de sus dos únicos protagonistas (y antagonistas), Willem Dafoe y Robert Pattinson, enfrentados en un duelo interpretativo memorable, Engers (que ya había deslumbrando al mundo en 2015 con La Bruja) nos introduce en una compleja trama de dominación, alienación y venganza ambientada en un fantasmagórico faro en medio del océano, y nos conduce con mano trémula al corazón mismo las tinieblas.
Para un fan, como yo, de Edgar Allan Poe (en cuyo último relato, inacabado, se inspira vagamente el filme), H.P.Lovecraft (que planea como un ectoplasma sobre toda la película), Herman Melville, Hope Hodgson, o, yéndonos ya al séptimo arte, Béla Tarr (imposible no recordar, por la fotografía, El caballo de Turín), Stanley Kubrick (los guiños a algunas secuencias de El resplandor son evidentes), Carl Theodor Dreyer (y su inolvidable Vampyr), Murnau, Hitchcock, Huston, etc, etc, The Lighthouse es todo un deleite para los cinco sentidos.
Rodada en formato 4:3 (de pantalla cuadrada, hoy en desuso, pero como anillo al dedo para la ocasión), desconcertante y oscura, evanescente y atemporal, y para mí, repito, la mejor película sobre faros (hasta el momento al menos, a ver quién la supera) de la historia del cine.
Trailer en You Tube:
Vicente Muñoz Álvarez