Con el subtítulo de "Usos y derivas en la escritura autobiográfica", este segundo título de la Colección Fontanela de Jekyll & Jill Editores ha supuesto todo un descubrimiento. Primero, porque analiza y comenta libros poco conocidos (salvo un par de excepciones). Segundo, porque esos libros se salen de los márgenes y escapan a las etiquetas. Y tercero, porque la prosa de Andrea Valdés logra lo más difícil en esta clase de ensayos: ser a la vez rigurosa y amena, entretenida y profunda.
Decía antes que se trata de autores poco conocidos en España, al menos para mí, que sólo me sonaban los nombres de Rosa Chacel, Mario Levrero y Jorge Baron Biza. Y no nos resultan familiares porque Andrea Valdés se ha centrado en la literatura de Sudamérica, y ha buscado nuevas voces, títulos no tan sonados. Ella explica en la introducción: He sido librera durante más de diez años y me consta que hay obras que no llegan a nuestros estantes. Parece como si el mercado nos escondiera a veces ciertos títulos porque no venden (o porque sus gestores creen que no venderán lo suficiente), o quizá, como apunta Valdés, porque reúnen todo lo que espanta al mercado.
Andrea Valdés compone, así, un sorprendente catálogo de rarezas, de anomalías, como felices monstruos literarios que los degustadores de marginalidades nos apresuraremos a buscar en las librerías. Pero no será tarea fácil: algunas de las obras brasileñas no se han traducido en España, otras están descatalogadas o ya son difíciles de encontrar porque se publicaron en editoriales pequeñas o con poca distribución. Es el caso del autor que más me ha interesado (con permiso de Baron Biza, del que tengo su libro El desierto y su semilla… aún pendiente de lectura): me refiero a Osvaldo Baigorria, que escribió una especie de semblanza, con tintes autobiográficos, sobre un escritor en Sobre Sánchez, que aquí publicó Varasek y que sólo encontré en una librería de Madrid tras varias pesquisas.
A los citados nombres hay que añadir los de Maura Lopes Cançado, Carlos Sussekind, Audre Lorde, Severo Sarduy, Gloria Anzaldúa, Héctor Viel Temperley, Gelen Jeleton, Lucio V. Mansilla, Aurora Levins, Héctor Libertella, Conceição Evaristo, Carlos Correas, Paulo Leminski o la más célebre y también esquiva María Moreno (publicada por Mondadori). Creo que, de los citados en las biografías del final, no se me olvida ninguno. Con ellos, y con algunas de sus obras, traza Andrea Valdés un curioso mapa de lo biográfico y testimonial que atraviesa las poéticas del encierro, el injerto y la creencia, que pasa por el artificio de quien se retrata, y que desemboca en esos terrenos literarios en que se han marginado ciertas voces, o estuvieron en desventaja (mujeres de otras razas, o que crecieron en entornos periféricos: islas, favelas, fronteras…). Sugiere la autora que podríamos leer este mapa de escrituras autobiográficas como una especie de "vidas imaginarias" (como el libro de Marcel Schwob). Y yo aún diría más: su libro también es, en el fondo, una autobiografía anómala si nos ceñimos a uno de los textos que cita en la tercera parte: "La bibliografía como autorretrato". Porque una persona es, también, lo que lee.
[Jekyll & Jill]