Manage Your Day-To-Day

Manage Your Day-to-Day, editado por Jocelyn K. Glei, es un libro especialmente inspirador para todas aquellas personas que trabajan en un ámbito creativo o desean hacerlo. Las sugerencias aquí incluidas pretenden ayudarnos a introducir cambios en nuestra vida diaria que nos permitan realizar todas esas tareas para las que "nunca tenemos tiempo" porque hay otras cosas más urgentes que acaparan nuestra atención. Nuestros hábitos tienden a adaptarse a nuestro entorno y lo que este pide de nosotros. Este volumen nos invita a fijarnos más en nuestras preferencias con propuestas concretas que podemos tener en cuenta desde ya.
El texto se divide en cuatro partes: cómo construir una rutina de trabajo sólida, cómo concentrarse en un mundo distraído, cómo usar adecuadamente las herramientas tecnológicas a nuestra disposición y cómo agudizar la mente creativa. En las siguientes líneas, voy a enumerar brevemente algunos de los consejos que me han parecido más útiles:


1. Cómo construir una rutina de trabajo sólida:

1.1. Es fundamental dedicarse en primer lugar al trabajo creativo y después al reactivo. Esto significa que hay que reservar un cierto período de tiempo al principio del día, desconectados del mail y del teléfono, para las tareas creativas que responden a nuestros propios intereses, resistiendo a la presión que pueda venir del exterior. De este modo, estaremos seguros de haber realizado lo que más nos importa cuando acabe la jornada. 

1.2. Usar disparadores creativos (la misma música, el mismo espacio, etc.) para entrar con más facilidad en nuestra zona creativa.

1.3. Establecer franjas horarias estrictas para las distintas tareas diarias (responder mails, reuniones, trabajo administrativo, etc.) para evitar pasar con ellas más tiempo del necesario.

1.4. Tendemos a sobreestimar lo que podemos hacer en un período corto de tiempo y a subestimar lo que podemos conseguir en un período largo si trabajamos de modo lento y consistente. La frecuencia, sin embargo, tiene varias ventajas: hace que comenzar sea más fácil porque el proyecto está fresco en la mente; libera de la presión que supone producir poco (si escribo todos los días, por ejemplo, puedo aceptar que unos días sale mejor que otros, pero, si escribo un texto al mes, espero que sea excelente); fomenta la creatividad, ya que tu mente está siempre dándole vueltas al proyecto; y, por último, la frecuencia alimenta la frecuencia, de forma que es cada vez más fácil ponerse a trabajar y, por tanto, aumentar también la productividad. 

1.5. Organizar los hábitos de trabajo en relación con los ritmos naturales del cuerpo. Es importante tener en cuenta los ritmos ultradianos, períodos de 90 minutos al final de los cuales alcanzamos nuestra capacidad de trabajar al máximo nivel. Se deben introducir, por tanto, en la rutina períodos de renovación, de pausa. Primero hay que centrarse en las tareas que tienen más probabilidad de ofrecer un valor a largo plazo (60-90 mins) y, cuando se está cansado, es mejor dedicarse a tareas sencillas que no requieren mucha energía. 

1.6. Buscar un espacio de soledad todos los días (20-60 mins.) para conseguir que la mente esté tranquila, por ejemplo, practicando meditación.


2. Cómo concentrarse en un mundo distraído:

2.1. Reservar algunas horas al principio y/o al final de la semana para el trabajo creativo como si fuera cualquier otra obligación que hay que respetar, y resistir las distracciones (mails, etc.). 

2.2. Es mejor concentrarse en una sola tarea que el multitasking (salvo en la fase de resolución de problemas o de generación de ideas donde desconectar un rato puede ayudar). Hay que eliminar del todo las distracciones (no tener acceso) porque resistir a la tentación también distrae y cuesta energía. Además, es recomendable dejar la tarea comenzada en un punto en el que no queden cuestiones colgando antes de pasar a otra tarea, para evitar que la mente siga dándole vueltas a los cabos sueltos.

2.3. El mundo nos impulsa a hacerlo todo ahora. Cada vez que eliges hacer una cosa, no estás haciendo otra y, como nos gusta la sensación de progreso, es más fácil mirar los mails que hacer algo para lo que necesito 50 horas y el resultado se ve al final. Puede ser por ello útil recordarse el proceso al que uno se está dedicando con un diario o guardando versiones previas del trabajo.

2.4. Buscar pequeños espacios de tiempo al día o a la semana para explorar, para pensar a lo grande o planificar.


3. Cómo usar adecuadamente las herramientas tecnológicas:

3.1. Reconocer los objetivos globales que buscamos a largo plazo y no perderlos de vista en nuestra rutina diaria (escribirlos y pegarlos en el escritorio, por ejemplo).

3.2. Rechazar las oportunidades que no conducen a los objetivos principales. Cuando miras los mails, si hay una idea o una oportunidad que reclama tu atención, tienes que plantearte si te va a ayudar a realizar tu objetivo a largo plazo y, si no es así o no estás seguro, es mejor no dejarte distraer y dejarla de lado.

3.3. Entrar en internet con propósitos o intenciones concretos y desconectarse tras cumplirlos. Poner límites a cómo y cuando usarlo. Además, lo importante no es la cantidad, sino la calidad de los contactos online. 


4. Cómo agudizar la mente creativa:

4.1. Hay que buscar momentos para la creación innecesaria que no lleva a ninguna parte, pero nos permite experimentar, asumir riesgos, buscar nuestra propia voz. Se puede hacer una lista de los proyectos que nos gustaría hacer en nuestro tiempo libre y reservar algo de tiempo durante la semana para ir trabajando en ellos.

4.2. El excesivo perfeccionismo puede ser perjudicial, por una parte, por el estrés que crea y, por otra parte, porque nos puede impedir que llevemos a cabo proyectos por miedo a que el resultado no sea tan bueno como esperamos.

4.3. Cuando se tiene un bloqueo, no hay que dudar de uno mismo, sino analizar cuál es el problema.

4.4. Un profesional es alguien que sigue trabajando pase lo que pase a su alrededor o en su interior. No se toma ni el éxito ni el fracaso personalmente. Su motivación es el propio trabajo. 


El trabajo creativo está normalmente vinculado con una serie de inseguridades e ideas preconcebidas sobre el talento, la inspiración, etc. Es obvio que ningún libro puede decirnos cómo crear una obra de arte. No hay recetas mágicas. Lo que sí puede resultar muy relevante es la reflexión a la que nos llevan ciertos consejos y la puesta en práctica de determinados hábitos que pueden mejorar nuestra disciplina y mantener nuestra atención en lo que realmente nos interesa. En ese sentido, este libro nos hace algunas propuestas que pueden orientarnos para hacer lo que de verdad queremos hacer.



Bibliografía

Glei, Jocelyn K. (ed.), Manage Your Day-To-Day. Build Your Routine, Find Your Focus & Sharpen Your Creative Mind, Las Vegas, Amazon Publishing, 2013.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*