Los muertos se desplazaban pacíficos, con una suerte de esperanza junto a casas, autos, árboles de ciruela obstinados en probar que todo es marketing
guardo en el estómago de un pez globo
la superioridad moral
de un políglota que acaricia médula de cerdo
en un traje de buzo del siglo xviii
mientras el clon de mi hijo de 16 se ahoga con ramen