«Del color de la leche», de Nell Leyshon

madre dice que era así cuando vine al mundo. era como una especie de desperdicio con el pelo como la leche y nací después de lo que pensaban y por esa razón estaba recubierta de pelo como si fuera un animal (...) y algunos dicen que madre estuvo enferma aquel verano y que siguió trabajando en el campo y que tenía un bulto que era yo y que no podía agacharse bien porque yo estaba en medio (pág. 23).


Título original: The Colour of Milk
Editorial: Sexto piso
Mejor novela 2014, gremio de libreros de Madrid.
Año de edición: 2015
País de origen: Inglaterra
Páginas: 233
Intensidad. Esta novela, libro del año por el gremio de libreros de Madrid 2014, irradia intensidad. La pluma de Leyshon recrea un escenario rural de dimensiones regias. Es un cuadro al que miramos, acariciamos su fondo, observamos la vida de unos personajes y aceptamos que eso le pudo pasar a nuestro antepasado del siglo XIX. Hambre, frío, ignorancia, leyes patriarcales e irracionales. Algunas siguen perdurando hasta nuestro siglo como temas vigentes.

Y si la cámara se retrotrae a 1831, tenemos a Mary, la protagonista. Es una voz silenciada, desestructurada y afónica por el contexto social. Es la más pequeña de cinco hermanas y pronto se verá sumida en una red de poder. La familia, junto con el abuelo, viven en el campo y lo único que conocen es trabajar de sol a sol. No pueden ir más allá. No saben qué es un más allá porque su mente no lo abarca. Arar, sembrar o dar de comer a los animales es su forma de vida, tanto, que hasta la novela está estructurada en las estaciones del año, tan importantes para la agricultura. 

Por supuesto, Leyshon dibuja a los padres con una especia de alexitimia, plaga de la época, donde hay una carencia absoluta de sentimientos. El padre es osco y dominante y la madre se limita a sus labores con una afectividad nula hacia sus hijas.

Asumidos en la pobreza, a Mary la destinan a ser criada en la casa del vicario. Allí flexibilizará su allá y ampliará sus horizontes de vida, conocerá las letras y las palabras y aprenderá a leer: leer para encontrar su libertad. Y gracias a ese conocimiento, no sucumbirá en momentos cruciales. Mary es despierta, sagaz e inteligente. Mary quiere avanzar en la vida, pero a la vez que avanza se destruye lentamente. El derrumbe viene dado piedra a piedra hasta que la roca aniquila todo a su paso.

Es un estilo que forma un binomio entre la belleza y el horror. Roza, en ocasiones, el poema pastoril sin la idealización del género. Aquí no se idealiza nada. Es Mary quien nos narra la historia, así que obvia las mayúsculas y guiones. Obvia los sorprendentes sinónimos y juegos de palabras. El uso del lenguaje es llano y áspero. Carne de cañón de los cursos de escritura creativa. Mary escribe tal y como siente. 

este es mi libro y estoy escribiéndolo con mi propia mano.
en este año del señor de mil ochocientos treinta y uno yo todavía estoy sentada al lado de mi ventana. el viento entra por las grietas del marco.
estoy cansada de hacer esto y me duele la mano de hacer esto.
pero me prometí a mí misma que escribiría la verdad y las cosas que pasaron. eso es lo que voy a hacer. 
y mi pelo es del color de la leche.

Una de las cosas que más nerviosas me ponen en una novela es cuando el protagonista anuncia con micrófono en mano que tiene un gran secreto que contar, una verdad oculta, o que tal hecho ocurrió por algo muy fuerte que pasó. Pero al final no cuenta nada y sigues leyendo, ilusa de ti, con esperanzas de saber eso tan gordo que todo el mundo sabe menos tú. Pero este libro cumple lo que dice Mary. Ella nos dice: algo pasó y por eso quiero que leas este preámbulo, porque nada fue premeditado, pero sí te ayudará a entender por qué pasó. 

Por último, el título de la novela deja mucho a la imaginación. ¿Qué es del color de la leche?, ¿qué tiene que ver con el argumento? Como ya he desvelado al principio, Mary tiene el pelo blanco, así como su piel. En mi opinión, este dato no aporta mucho a la historia. Es más, mi imaginación, a veces incontrolable, colocó a una protagonista de pelo moreno. ¿Sería por la chica que aparece en la cubierta española? Quién sabe. El caso es que este es un pero menor. Tan menor que su narrativa es como un latigazo de miel, dulce miel que resbala por tus sentidos hasta el final con intensidad. Hasta que te ves enmelado y te cuesta avanzar sin que el olor de un pasado no quede impregnado en tu piel.  


Nell Leyshon (Glastonbury, Inglaterra, 1961), novelista y dramaturga, ha recibido numerosos premios. Su primera novela, Black Dirt (2004), fue candidata al Orange Prize for Fiction y preseleccionada para el Commonwealth Book Prize. En 2008 publicó Devotion. Ha sido galardonada con el Premio Evening Standard Theatre por su obra teatral Comfort Me With Apples y Bedlam ha sido la primera obra escrita por una mujer para el Shakespeare’s Globe Theatre. Además, recibió el Premio Richard Imison por su primera obra teatral para la BBC Radio. Del color de la leche ha sido seleccionada para el premio Femina 2014 al mejor libro traducido en Francia y obtuvo el premio Libro del Año 2014, otorgado por el Gremio de Libreros de Madrid.


Escrito por María Bravo

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