Es una época de mierda, pero, cuando haya pasado, alguien habrá que la eche de menos.
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En la naturaleza todas las cosas que se combaten son iguales a su manera. Cuando se observa el desierto, cada punto es susceptible de transformarse en sujeto. El desierto es el infinito de los puntos focales. Se le añade una colonia humana y se convierte de inmediato en el centro del paisaje. Aquel era el efecto que producía Virginia City. Uno tenía la impresión de estar en el centro del universo.
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En una ciudad sin futuro, no había nada más hermoso que los monumentos del pasado.
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"¿Qué diría tu padre si nos viera?", se quejaba la madre a menudo. Entonces la hija se mordía la lengua para no responder: "Un hombre no debería pedirle a una mujer que se mantenga en su sitio cuando él no ha ocupado el suyo".
Sería un error pensar que Pearl Guthrie era indiferente al qué dirán. La prueba está en que, años más tarde, confesó al reverendo Aaron: "Recorres cientos y cientos de millas, te vas al otro extremo del mundo, pero, en el fondo, todo lo que haces lo supeditas a las habladurías que llegarán a casa. Igual que cuando te acuestas con un hombre para herir a otro. Imagino que para ustedes, caballeros, sería lo mismo que dispararle a un hijo de puta que te recuerda al hijo de puta que se te acaba de escapar".
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No es el hecho de estar siempre en movimiento lo que me convierte en nómada, sino el hecho de no volver jamás.
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No es culpa mía si la victoria de un hombre implica la derrota de otro.
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Me obsesionan los nuevos comienzos. Todas las tardes, Sam garabateaba unos trozos de papel y después los quemaba. Decía: "Hijo, cada vez que las cosas se tuerzan, quema algo y verás cómo te sientes mejor. Si te enamoras de una joven, escribe su nombre en un trozo de papel y guárdalo cerca del corazón. Y si descubres que la joven ya no te quiere, lo quemas. Será un nuevo comienzo. No hay nada mejor que mirar cómo algo se vuelve humo". El fuego tiene su propia vida. En un segundo, tu pequeño poblema se vuelve el poblema de todo el mundo.
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"Pobre niño –me decía ella–. Te crees que vas a alguna parte. El desierto está en todos lados. El desierto está en la repetición."
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En Kyle, Texas, inventó un sermón que regañaba a los que venían a establecerse en el Oeste para huir de las autoridades, de sus enemigos o de sus problemas, fueran los que fueran. "Vuestros fantasmas os seguirán adonde vayáis", declaró.
[Hoja de Lata. Traducción de Luisa Lucuix]