En el año 2011, la editorial Eutelequia sacó a las librerías Cult movies. Películas para llevarse al infierno, un libro donde el escritor y poeta leonés — una de las voces más destacadas, si no la principal, del underground español—, Vicente Muñoz Álvarez (Leon, 1966) seleccionaba un centenar de películas que, para él, resultaban de inexcusable “visionado”, o quizás “videado”, por utilizar su expresión, ya que la mayoría de ellas no se proyectan regularmente en cines ni en televisiones, y para poder verlas hacía falta muchas veces un esfuerzo de rastreo y casi de investigación policial para conseguir hacerse con una copia, a pesar de los inmensos almacenes que uno puede encontrar en la Red. Pero en todos los casos de aquel libro, el esfuerzo merecía la pena y el fruto era encontrarse frente a una película distinta, extraña, inquietante, salvaje…
Vaya por delante que las películas que Vicente Muñoz recomendaba en aquel libro, al igual que las que recomienda ahora en este que acaba de aparecer, Películas para la penumbra, no están significadas seguramente por su calidad técnica, o por su excelente argumento, o por la magnífica interpretación de sus actores. A veces también, pero en todo caso no se trata de películas recomendables “al uso”, sino de películas que destacan y a las que se les rinde culto (tomo palabras del prólogo): «por lo crítico, lo atípico, lo raro, lo grotesco, lo perverso, lo incómodo, lo hiriente, lo hipnótico, lo arrebatador». Películas, en resumen, que despojan al cine de ese papel que muchas veces quiere dársele de mero vehículo de ocio y entretenimiento y le devuelve esa otra función, que para muchos directores y espectadores es la idónea, que es servir para expresar lo que quizás no podría expresarse de otro modo, el mundo de las pesadillas, de lo inefable, de lo oscuro…
Este es el factor común de las 132 películas ahora seleccionadas y por lo que son, o merecen ser tenidas, como películas de culto. En la mayoría de los casos se trata de filmes marginales, proyectados en círculos minoritarios o que han tenido un efímero paso por las salas, pero nos encontramos también con películas que, pese a todo, podrían calificarse de exitosas, incluso de comerciales, como Moby Dick, de John Huston, o varias películas de Polanski, que se distinguen, en último caso, de las películas digamos “corrientes” por buscar un planteamiento distinto, original, insólito y hasta contrario a lo establecido.
Son películas que buscan retratar lados oscuros, comportamientos febriles, aspectos morbosos. El recopilador de ellas, Vicente Muñoz Álvarez, se manifiesta en muchas páginas del libro amante de lo grotesco, de lo truculento, de lo escalofriante, y declara su pasión por el fantaterror, las historias vampíricas y de ultratumba, así como por la psicodelia y los comportamientos alterados, pero en su selección hay películas como Harold y Maude, de Hal Ashby, o la impresionante Atlantic City, de Louis Malle, donde la cuerda de lo habitual se rompe por el lado de lo tierno y humano. También en cintas como ¿Qué fue de Baby Jane?, de Robert Aldrich, donde las más brutales pasiones humanas son suficientes para trasladarnos a esa realidad inquietante.
El periodo que Vicente Muñoz Álvarez cubre es prácticamente toda la historia del cine, desde los años 20, con Las manos de Orlac, de Karl Freund, hasta la muy reciente Searching for a sugar man, de Malik Bendjelloul. Por el camino, todo un conjunto de filmes dignos de culto, y la especial predilección del autor por el “giallo” italiano y, recientemente descubierta, por el cine de terror mexicano de los años 60.
En su nómina de películas y autores hay también un apartado, y no de los más pequeños, para los cineastas españolas, entre los que destaca a Carlos Saura, algunas de cuyas películas ya registró en el libro anterior, y otras como Cría cuervos o Elisa, vida mía incluye en esta selección. Desde Fata morgana, de Vicente Aranda, a Morbo, de Gonzalo Suárez, pasando por El extraño viaje, de Fernando Fernán-Gómez, Mi querida señorita, de Armiñán, y varios filmes en los que interviene el gran José Luis López Vázquez, el autor hace mención de, al menos, una decena de películas españolas dignas de figurar entre las más auténticas.
En resumen, un libro necesario para el cinéfilo o para quien considere el cine como un arte con todas sus consecuencias y no como un simple pasatiempo comercial. Pues como tal arte, debe buscar una forma de expresar lo turbador y lo conmovedor. A estos, sin duda, les resultará de mucha utilidad este listado de películas, como manera de guiarse en medio de la avalancha de filmes insustanciales, películas de temporada o proyecciones simplemente vacías.
Excodra, Madrid, 2015. 182 pp. 15,90 €
Miguel Baquero, en La tormenta en un vaso.