Soñaba con verla bailar.
No era perversión,
menos un anhelo de lujuria.
Todo era más simple,
y se reducía a esta premisa:
“Si al actuar de forma natural,
me vuelve loco, ¿qué pasaría
si ella intenta ser seductora?”
En mis sueños la vi bailar canciones de
Justice, Daft Punk, algo de Reggae.
Hasta que una noche,
se apareció frente a mis ojos.
Fue una noche cualquiera,
una ocasión que llegué tarde al bar.
Aquella visión fue mejor a lo que
mi mente creó.
Ese día comprendí que hay seres
para la imaginación y la ficción.
Y otros, para el mundo real.
Ella, era uno de estos.