Fui yo quien no dejó de hacerlo mientras me tenías,
quien te necesitaba y te llamaba. La que nada recibía.
¿Y es ahora, cuando todo terminó, cuando vienes a pedir perdón?
Ahora soy yo quien te dice no; sin explicaciones, sin excusas.
Solamente silencio.
Te daré lo que me diste: la agonía de la espera, la soledad y la tristeza.
Recibirás lo que entregaste: desinterés e indiferencia.
Ahora eres tú el que sufres, el que padece y se aflige.
El que llora cada lágrima que yo por ti derramé,
deseando las caricias y los besos que yo tanto deseé.
El que quiere recuperar lo que perdió.
Ahora no “amor”, ahora soy yo la que te dice adiós.