una cuerda arrojada a un pozo


mira que así tomé tu mano un día,
como la cuerda arrojada a un pozo,
como la quebradiza rama que asoma
del linde del río crecido y desbordado
que arrastra a los que tragan agua,
como el bolígrafo que garabatea
otro nuevo papelito del euromillón,
así tomé tu mano sin saber
que también tu mano tomaba la mía
como la cuerda arrojada a un pozo
y tal y cual.

entonces no podía saber
que tomaría así tu mano un día,
-hoy sabes que no puedo, amor, caramba,
y cómo me fastidia...-
no podía saber, digo,
que tomaría así tu mano un día
como sosteniendo el cosmos
y diciendo mira lo que me he encontrado,
yo que nunca me encuentro nada
y al bolsillo y para mí.

y es tan lindo que ya no agarro cuerdas ni en los pozos,
palabrita del niño Jesús.





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