Retrospección. Primer asalto, de Félix Almazán


RÉQUIEM

Los muchachos de Cork van en chándal
y portan camisetas de diversos equipos
del país contra el que sus abuelos y padres lucharon.

Los muchachos de Cork te gritan y amenazan
cuando atraviesas los callejones
que conciben,
como su polvoriento reino
de arañas, cristales y ratones.

A los muchachos de Cork les faltan dientes,
sus mandíbulas parecen querer escapar de la cara
y sus rostros, demasiado, extremadamente jóvenes,
reflejan el paso de la aguja por la vena.

Los muchachos de Cork
agitan sus cuchillos
cuando logran dar esquinazo a la garda
por la cuesta de Shannon.

Y da igual si estos pobres diablos
han robado o matado algún sueño ajeno
aquella misma mañana
o si han suicidado los suyos propios,
antes incluso de tenerlos,
pues al cruzar el umbral de la iglesia alta
y sin perder su ya eterna cara de malos,
bajan sus capuchas o retiran sus gorras
para que sus pecados queden absueltos
al hacer la señal de la Cruz
sobre el frío acero que esconden.

**

CUANDO DIOS TE CIERRA UNA PUERTA…

Hoy he pensado en salir del sistema
pero me he encontrado
con todas las puertas cerradas,
ahora, sentado en la cornisa,
me pregunto
si la única posibilidad será saltar.


[Ediciones Oblicuas]

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