Cuatro amigos se reencuentran en su pueblo natal tras varios años sin verse. Acuden a la boda de Kip, el agente de bolsa que se había trasladado a Chicago a triunfar en los negocios. Ahora regresa no solo para su boda, sino para instalarse de nuevo en el pueblo. Ha comprado una vieja fábrica abandonada para rehabilitarla y dar con ello vida al pueblo. Henry, por su parte, nunca salió de allí, se casó con Beth, su primera novia, y vive junto con sus dos hijos de granjero. Ronny no ha vuelto a ser el mismo desde que le dio aquel colapso fruto de tanto alcohol en su sangre. Lee es el gran triunfador, se ha convertido en un cantante de fama mundial, se rodea de grandes estrellas, incluso estuvo unos meses casado con una; sin embargo, es el que más solo se siente, el más vacío, el que más echa de menos el pueblo.
Nickolas Butler va dando voz a cada uno de los personajes; cada capítulo es narrado bajo el punto de vista de uno de los protagonistas, los cuatro amigos y Beth. Al tratarse de una novela polifónica, el propio lector puede ir reconstruyendo la historia de sus vidas.La narración es lineal y va avanzando con las diferentes voces, aunque está muy presente el pasado de cada uno de ellos, cuando eran poco más que un grupo de veinteañeros soñadores que acudían a la fábrica a beber cerveza en el tejado hasta que amanecía. Ahora han pasado los años, ya no vale con reunirse en torno a unas latas y dejar que los problemas se disipen a medida que se van vaciando litros. Es el momento de afrontar la realidad, volver al pasado e intentar poner remedio a lo que te ha atormentado todos estos años. La amistad no parece ya tan duradera y las fisuras son cada vez mayores.
Tiene la virtud este libro de atraparte desde las primeras páginas, por ese estilo sencillo y desenfadado, tocando temas tan universales como el amor, la amistad y el apego a la tierra. Muy buena primera novela que no creo que tarde en rodarse su adaptación al cine. Da pie para ello. De hecho, en ocasiones, parece el esbozo de una película indie. El tiempo lo dirá.
Nickolas Butler va dando voz a cada uno de los personajes; cada capítulo es narrado bajo el punto de vista de uno de los protagonistas, los cuatro amigos y Beth. Al tratarse de una novela polifónica, el propio lector puede ir reconstruyendo la historia de sus vidas.La narración es lineal y va avanzando con las diferentes voces, aunque está muy presente el pasado de cada uno de ellos, cuando eran poco más que un grupo de veinteañeros soñadores que acudían a la fábrica a beber cerveza en el tejado hasta que amanecía. Ahora han pasado los años, ya no vale con reunirse en torno a unas latas y dejar que los problemas se disipen a medida que se van vaciando litros. Es el momento de afrontar la realidad, volver al pasado e intentar poner remedio a lo que te ha atormentado todos estos años. La amistad no parece ya tan duradera y las fisuras son cada vez mayores.
Tiene la virtud este libro de atraparte desde las primeras páginas, por ese estilo sencillo y desenfadado, tocando temas tan universales como el amor, la amistad y el apego a la tierra. Muy buena primera novela que no creo que tarde en rodarse su adaptación al cine. Da pie para ello. De hecho, en ocasiones, parece el esbozo de una película indie. El tiempo lo dirá.