Los que habitualmente me leéis, os habréis preguntado si he dejado de escribir narrativa. Pues hace meses que sólo publico poesía. Sin embargo, sucede todo lo contrario. Al margen de unos de días de asueto, he estado trabajando.
En unas semanas, verá la luz mi primer libro de relatos. Más de 200 páginas de cuentos actuales, eróticos y fantásticos; con ese toquecito de humor ácido que me acompaña a todas partes como si fuera un huésped adosado a mi tesitura.
La prosa poética que acompañan estas letras, nació del un recorte (y posterior customización junto a unos versos), de un relato erótico inédito. No lo deseché porque no me agradara, sino porque ya había mencionado la fusión de labios glotones…
Aroma a hembra
Entreabrió los labios frutados e introdujo su lengua en la concavidad húmeda y deseosa que lo esperaba. Nexo que se adentró en las profundidades eléctricas; temblorosas. La besó voraz hasta saciarse. Minutos perpetuos que agotaron su organismo. La mujer marcada que nunca lo miraba, estaba a sus pies (merced a sus deseos). Presa furtiva y cazada. Aroma de hembra pecadora que gemía con su fuego. Rosa de pétalos negros e interior grana. Condensada en una hechura sutil y oscura. Enamorada. Amarrado a sus caderas, sedujo su templo ígneo con balanceos pélvicos que perturbaron su figura. Cuerpos mecidos al compás de las olas indómitas. El Cantábrico perverso que rompe en la orilla, tragando el paseo de asfalto y las calzadas dignas. Flor que nace y se devora a sí misma. Ansias consumadas. Disfrute de sentidos. Goce eterno.
Nirvana. El sexo tumefacto, gravita.
©Anna Genovés
12/09/2014
Todos los derechos reservados a su autora
Barry White
Never, never gonna give you
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