Cuando me encuentro por la calle un rostro
que creo conocido,
me equivoco al pensar que me equivoco.
No lo conozco, es cierto.
No sabe mi nombre ni yo el suyo.
Pero en él me ha parecido vislumbrar
el rostro de un amigo.
No podemos fingir que no ha pasado nada.
Nos hemos mirado… y nos hemos visto.