Habían oído hablar de los ángeles negros, aunque para muchos se trataba tan sólo de hipótesis que no traspasaban las esferas de la pura leyenda de un pasado alado.
Todo apunta a que se trataba de seres que discurrían su existencia en una íntima relación con las entrañas de la tierra.
Asombroso, aunque hoy ya sabemos que era cierto. Quedan aún muchas incógnitas por resolver, entre otras las de qué les motivaba y dónde encontraban el valor.
Por desgracia, pasará un tiempo hasta que comprendamos. El gas que se ha encontrado en la caverna, al parecer, trabaja sigilosamente, consumiendo el oxígeno y las horas, el sonido y los colores. Todo queda atrapado bajo su silencio. También la vida.
"No solemos tener conciencia de los huesos, salvo cuando se nos rompen. Pero en su vivir ocultos, son duros y nos sostienen" -ha declarado uno de los investigadores a la salida del yacimiento arqueológico.
En memoria de los seis de Llombera de Gordón