Si yo digo: ‘dónde estás’ desde mi noche llorona, ¿aparecerás, entonces, con el cuerpo desnudo a decirme lo que vive y muere al filo de mi carencia? Carencia, una sola, solita acá en el cuerpo, tallada en los huesos porque el corazón entre las piernas sigue latiendo en otro ritmo. Pero este corazón que te di es el mismo que me drena esos rayos de luz que son tuyos.
Vamos a hacer el amor, porque no conocemos otra cosa verdadera.
besame y te cuelga el sol por el centro de los ojos, y yo menos un poemacontesto sí y ahora tengo un sombrerito como una infancia que llora porque somos niños
y vamos a nombrar la voluptuosidad de la muerte, porque somos viejos
y vamos a decirnos que la vida es una cosa muy mal planeada pero qué bien tener un corazón latiendo en el sexo para poder estrangularlo
hasta que se azule y soltar,
que respire, pobrecito, dejámelo respirar
hay un violín más un silencioy tu voz
besame: estrangulo yo tu sexo, ahora
ahora, y temblás y te duele no querer defenderlo,
preferís que se ahogue
como la lluvia cuando se ahoga de tanta lluvia
como si un relámpago fuera el lugar más seguro
y si yo dijera tu nombre quedarías aniquilado, vos, que lanzás esas cuchillas con la destreza de un fantasma
y abro la boca, quiero devorar todas las cosas que se desnudan suaves
pobrecitos, nosotros
que no conocemos otro hacer el amor que éste
que no sentimos otra belleza que la terriblura de la lengua
lenta
como una criatura misteriosa, enamorada,
llevame, te dije
a las degeneraciones más asustadas de tu vida, a los campos
donde no hay otra cosa
que un sol siempre bajando los ojos
cuando diluviamos
de 'Los otros diarios'