de Mis Cartas ‘para siempre’



'Más tarde, cuando se quede sola en el mundo, María de Magdala querrá recordar estos días y estas noches, y cada vez que recuerde se verá obligada a luchar para defender la memoria de los asaltos del dolor y de la amargura, como si estuviera protegiendo una isla de amores de las embestidas de un mar tormentoso y de sus monstruos.'

José Saramago - El evangelio según Jesucristo.





25

Llamé con todas mis voces… con el cuerpo, con el amor completo subiéndome a la voz, a las manos, lo esparcí con los ojos, con el humo de cada cigarrillo. Te llamé como si lanzara el corazón a todos los brillos de la noche y el día juntos, e incluso, como si solamente vos pudieras descifrar el mensaje de la llorona forcejeando con las luces. Ah, nadie comprende este amor que te dibujo y te escribo, que te digo y trazo en tu cuerpo fantasma. Solamente quien se abandona al amor entiende el terror animal de llamar hasta que la muerte se haga carne.


26

Una urgencia, que tu cuerpo sea una herida que me voy cavando en la memoria. Que mis huesos fuertes sean en mí como pulsar palabras hasta convertirte en una erección completa, la sangre delirando plegarias de hermosura.



Otra cosa:

A veces creo que lo he perdido todo y sin embargo ahí estás, durmiendo. Yo te miro desde la orilla de un río que apenas se mueve e irrumpe con lo más antiguo, desde todos los tiempos hacia todos los tiempos que estén en este devenir: te amo.
Tu sueño es filoso como tu respiración. Tu sueño, el sueño de quien vive cortejando una noche y otra, enamorándola para que entre a tus ojos y los cierre. Así es tu dormir, lo heredado de todas las ruinas puesto a temblar en tus párpados para que mi tumba se abra, por fin, y pueda caber en la fluorescencia de la mancha azul que corroés para adentrarme a vos y no dejarme salir. Una cárcel confeccionada para morar como los peces cuando aletean antes del golpe final. Sabés que vas a morirme y sin embargo eso te fascina, te subleva a tal punto que no me soltás, y yo, imantada a vos, naufrago en nombre de la significación de un silencio.

A esto le llamo yo desesperación. 


3.43

Quiero escribir un libro que diga muchas veces tu nombre   Quiero que mi yo misma te encuentre en una apariencia tan invisible como peligrosa pero de igual manera te ame
Que seas un desamparado al que debo rescatar y cuidar como una madre   Abrirme las venas y verte resurgir como un cuervo.
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Todos los que sos me constituyen. Mitad ausencia fulminante. Mitad reencuentro. Todos te amo. Todas las voces milenarias, fluidas desde tu nostalgia y tu alegría, tus voces huesos y abandono, tus voces desnudas, tus voces huracán: te amo.



Más tarde, 

Quiero que seas el mismísimo dios acunándome en mi almohada, quiero confundir los tiempos con tu resplandor. Quiero que me hagas alucinar en vos como la más triste fiera, como una multiplicación de talismanes. Quiero tu corazón de chocolate y morder, quiero caerme en tus sueños y tus pesadillas, quiero que me abras como un muerto en una mesa de disección. Quiero amarte en el calvario de estar viva y muerta, siempre. 

Y después:

Tocate el centro del pecho y nombrame, arrastrá las uñas por el vello como si fuera un vicio guardarme ahí. Guardame en tu cajita violenta, en tu noche cerrada entre las venas, al borde de tu boca. Nombrame junto al error, nombrame desnudez y tiempo.
 

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