toma la vida de su mano como una mujer esquiva


En el sueño toma el hombre la vida de su mano como una mujer esquiva. Sus ojos dicen ojos y él lee en lo profundo una metáfora que signifique, él no está dispuesto a ver ojos en aquellos ojos que miran mirando, él necesita un cuerpo que no termine. Así, si la besa la posee y si la posee existe y es completamente suya, mas si ella accede es dadivosa y fácil y si lucha a puro mordisco es veladamente deseosa y él cierra los ojos y los abre y vuelve a inquirir con nuevos ojos que aguardan nuevas y exclusivas revelaciones. Él no está dispuesto a saber su nombre pues eso lleva a la rutina de nombrarla y no intuirla mas pregunta e inquiere y acto seguido habla y acalla la respuesta con la digna genuflexión de una filosofía que prudentemente mantenga una distancia eterna con el conocimiento. Él sueña aún despierto que la vida es una mujer esquiva pero pretende el abrazo mientras duerme. Si la ama, quiere que lo ame, si lo ama, quiere saber qué oculta e inquiere y acto seguido habla y acalla la respuesta. Él ya se acaba y lo sabe y patalea con pueril talante artístico porque cree en el arte y en lo que no se muestra pues así se esconde el hombre esquivo de lo que revela al hombre.


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