
Un día el conde viudo decide casarse y al castillo se trasladan su mujer y sus tres encantadoras hijas, a las que los diabólicos muchachos han decidido hacer la vida imposible. Cuando los adultos abandonan la casa para visitar a un médico que cure a la nueva mujer de Similoff, los niños se sienten los dueños. ¡Ahora podrán hacer lo que les plazca! Sin embargo, no pueden imaginarse lo que las jóvenes serán capaces de llevar a cabo para mantenerlos a raya.
Las ilustraciones de este precioso libro, realizadas por Dani Torrent, acompañan al texto a la perfección, otorgándole, incluso, un carácter más misterioso y horripilante de lo que la propia narración sugiere. Los niños aparecen representados como pequeños diablillos, pero son, en realidad, ellas, con sus grandes cabezas y sus rostros serios de expresión maléfica, las que producen escalofríos al lector.
(Reseña publicada en Revista de Letras)