Amarte me costará una casa
empeñar mi vida a la ventana
de alguna alcoba
Saber que el tiempo
anudará cada día tu bata (camisones de antaño)
y que serás previsible, como todas,
cuando me trabajes lenta y acostumbrada,
algún día, ya sin sorpresa,
como el verdugo que ejecuta maldiciendo su suerte
Se perderá, lo sabes, el impulso
que vomitan las caricias,
las horas que te doy para llegar tarde al trabajo
y el soborno que hago sin palabras
para transitar,nuevamente,
desde los tobillos hasta tu garganta
Caeremos sobre los álbumes
con el rumor de consuelo
que proyectan las sombras,
la solvencia de haber sido
mejores en otra vida
más audaces en otro tiempo
capaz de quemar los ojos
con la visión más pálida de un cuerpo
aún vestido y en la lejanía