En materia de AMOR, la abstracción está bien para un rato, luego me canso y busco algo más figurativo. Aunque claro, huyo de las naturalezas muertas. A veces me dejo llevar y elijo algo de impresionismo; me lleno de color y me emborracho de luz. Con la resaca me acurruco en lo naif. Una vez salí con una chica naif y me harté de contar ovejitas. La sustituí por una surrealista. Duré con ella hasta que se me acabó el dinero para el psicoanalista. Eso sí, mi peor experiencia fue con el puntillismo; no puedo con las tiquis-miquis. Ahora estoy en fase performance intentando huir del hiperrealismo, aunque me han hablado del neo brutalismo.