yo soy un hombre pequeño
Yo soy un hombre pequeño no de grandes hazañas,
no he matado nunca un grifo, una quimera ni un dragón,
por mis manos no han pasado los países que paísan,
sí los que caben en un cuarto.
Yo soy un hombre pequeño, amor, que cabe en un cuarto.
Confieso a veces refugiarme en tu regazo,
yo soy un niño frágil que en la mitad del verano
busca de los lindos abedules en sus faldas lindas una linda sombra.
Qué fresquito hace en la sombra linda de los lindos abedules en verano,
qué calorcito en invierno si los lindos abedules, amor, son tú.
Yo soy un hombre pequeño no de grandes búsquedas,
ví el Dorado una vez salir tarde con el tren que pronto salía,
el sendero de baldosas amarillas tantas veces llevó a Kansas gris,
a ti te encontré en una estación de autobuses en la que no esperaba autobús.
Yo soy un hombre pequeño que no espera nada,
no de grandes esperas, no de grandes hallazgos, ni tierras de mí,
no de grandes poemas, no de grandes palabras,
yo soy un hombre pequeño que compra su lápiz en la tienda de lápices.
Confieso que a veces finjí que fui hombre no pequeño sino así así,
normal, casi grande o acaso alto casi apuesto
y dije que subí tantas veces a poner banderitas de EEUU en los coños,
que metempsicosis, solipsismo, ineluctable, que parhelio y hasta tráfago,
y dije sexo y dije oscuridad y erupté bukóswkico y luego sonreí
solamente con el lado bueno
que es este de acá prostituído, el que apesta a vergüenza.
Pero yo soy un hombre pequeño que no sirve para grandes tallas
pues parezco así un crío insoportable disfrazado de su padre.
Yo soy un hombre pequeño, amor, que cabe en un cuarto.
Y tú -cuando te desvistes de todo lo que apenas tiene que ver contigo-
eres mujer pequeña que si quiere cabe también conmigo en ese cuarto
y en el cuarto: nuestro amor es lindo y bueno y es tan grande.