Intento nº7
Espérate en el téxtil de mis bragas,
en el quicio de mi soledad;
rebordes de puntilla y otros motivos infantiles,
denostados por un mercado enfermizo.
Crécete en mi llaga y llama a mi llanto;
quiero ser dolor de sábanas, de músculos,
de tenazas que liberan en contra de su naturaleza.
Quiero ser tiento de tu boca, cobertizo de tu aliento.
Quiero ser la mentira que cayó una vez del árbol.
La primera vez entre todas tus miles.
La mano que abarca, pequeña, toda tu existencia
conteniéndola
en esta maldita noche de verano.
Intento nº8
Me enseñaste a escribir en tinta invisible,
a querer en polinesio,
a dormir de día y a velar la luna
mientras los demás dormían.
Cómo montar una cámara estenopeica,
revelar carretes Afga caducados
y no te importa, dices,
que sólo sepa querer en negativo.
Y no te importa, dices.
Somos monos tontos tecleando sin parar
una fila de jotas y cas.
Pero los versos de Shakespeare
no se hicieron en un despertar,
y tú sigues empeñado
en que el viento es un truco de Dios
para despistar.
Intento nº9
De un ojal sale un ojalá.
De mis dedos
la ternura de la piel en tu cuello
estremeciéndose bajo su peso.
De una mentira
siempre surgen
los te quiero más inmensos.