otra vez, otra vez, otra vez, porque las historias se repiten




De este libro sólo conozco el resumen, algunas reseñas.
Quiero leerlo.

Porque ella quince. Porque yo, pronto, dos.

*

Tengo un hijo en brazos y
otro
en un bote de cristal
absorbido del útero
un pequeño montón de líquido sonrosado
coágulos como besos monstruosos
sin sentimiento de culpa.

Tengo un hijo dormido en las rodillas y
otro
como una cicatriz
dentro de la carne
algo que no fue más que un disparo
un animal siempre dormido y caliente
dentro de mí.

Tan invisible que no hubiera podido protegerlo
aunque hubiese querido
salvo de mi misma.

Pensarlo es como pensar en un sonido
en una gota de aceite en oxígeno
como pensar en nada.

Fuimos veintisiete aquel día
todas encorvadas como ancianas
mujeres en un mundo exclusivamente nuestro
preguntándonos qué y cómo
por un dolor que no sabíamos 
si existe.

Una chica se reía de pensarlo
soltaba carcajadas mientras se tocaba el vientre
y decía pobrecito, pobrecito
y reía, y siseaba como una serpiente.

Aquel era nuestro territorio a pesar de la censura.

Era nuestro deber a pesar del esperma del hombre.

Bastaba girar la cabeza 
y mirar al mundo 
para consolarse
y saber
que estábamos haciendo lo correcto.

*

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