Simon Prades. Cuadros de tiza



1. Quien no llena su mundo de fantasmas, se queda solo (Porchia).
Las mudanzas obligan a los inventarios. Listas con los objetos de uso diario, los que son un sonido y los que nunca existieron. Los fracasos envueltos en papel periódico. Los viajes en botellas con ámbar. En un estuche escolar, las cosas que no te atreves a hacer (tragar la pasta de dientes, escribir al revés el himno nacional, insultar a los automovilistas que paran en el paso de cebra) y que con los años adquieren la forma de un pingüino.



2. Manual para escribir una novela mexicana.

Cronología: 1970 – 1994. Presidentes: Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo. Fútbol: Dos mundiales en el país (70 y 86), dos mundiales sin clasificación (74 y 90), dos decepciones (78 y 94). Eventos históricos: Guerra Sucia, Devaluaciones,  Nacionalización de la banca, el Neoliberalismo, el Sismo, el Fraude electoral, el TLC, el EZLN. Personajes: adultos de mediana edad y sus hijos adolescentes. Historia: Tres familias pierden sucesivamente sus posesiones debido a las crisis económicas del país, como trasfondo las hazañas y tropiezos de los actores políticos y de los seleccionados de fútbol. Para mostrar lo fantástico, el discurso de Echeverría: “No vengo aquí a vender paraísos perdidos. Soy responsable del timón pero no de la tormenta.” Para describir el miedo, la tanda de penales México-Bulgaria. Para ilustrar el sueño mexicano, el video donde suena “La culebra” y un hombre asesina a Luis Donaldo Colosio.



3. ¡Ah, de la vida!... Nadie me responde (Quevedo).
En cada número colocas cinco años de tu vida. El pasado, una trizadura, un carrete de imágenes que se desenfocan y se desordenan. El futuro, el aroma de la calle: combustibles quemados, asfalto, chapopote, cascajo. El presente, la sensación de tirar la piedra, el riesgo de salirse de los cuadros de tiza, los músculos de las piernas listos para saltar.


4. Tal vez el bisnieto de Marx sea el señor de traje que se afeitó esta mañana.

Alguien escribió un grafitti en una de las paredes del cajero automático:
“Deja de querer sistema.
No existe la revolución alka zeltzer: 
efervescente, instantánea  y sin daños secundarios.”



 





















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