Mundos con letras

LA CEBOLLA

Siempre he tenido facilidad para invitar a comer, no así para cocinar, así que le pedí que me ayudara. Me gustó verla llorar mientras picaba cebolla para la ensalada. Lloraba y sonreía a la vez mientras me hablaba, lo cual era desconcertante, aunque también muy sugerente.

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PREGUNTAS

Empecé a cansarme. Mis pasos se iban haciendo cada vez más cortos y su frecuencia más lenta. Hubiera sido absurdo disimular. Además no tenía por qué hacerlo. Entraba dentro de las posibilidades que un hombre de mi edad, poco dado al deporte y recién salido de un fuerte constipado, se cansara en una caminata por el campo. Y más cuando, para no...

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LOS HIPERBÓLICOS

―¿Qué te parece? ―me preguntó al rato sin mirarme.―Parece muy acogedora.Tal vez esperaba un adjetivo más preciso, o una demostración de admiración más entusiasta, o puede que un despliegue de alabanzas que premiaran su acertada elección. Me pareció correcto no exagerar. De hecho, no suelo hacerlo; siempre he sentido d...

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ESPÍRITU DE CONTRADICCIÓN

La médica resultó ser una mujer más habladora de lo que mi aislamiento podría asumir, aunque no me importó. Al revés; lo agradecí, dado que la fiebre no me permitía estar tan lúcido y despierto como para mantener activa una conversación medianamente interesante. Así que la dejé hablar.La imposibilidad de salir a da...

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EL SÍNDROME FOSTER

Aquella mujer tenía el conocido como “síndrome Foster”, que consiste en creer que todos los arquitectos somos como Norman Foster: mediáticos, hipermillonarios, influyentes, glamourosos y casados con mujeres bellas e interesantes, por supuesto apasionadas del arte. Durante la cena me miraba con admiración, queriendo mostrarse atenta y dispuesta a ofrecer su a...

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EL RESBALÓN

No fue nada, un simple resbalón en el hielo de la acera, pero alguien llamó a los servicios de urgencia. Todo sucedió tan rápido que cuando me quise dar cuenta ya estaba en la ambulancia. Me desabrocharon el abrigo y me levantaron el jersey y la camisa. Yo me dejaba hacer. La impresión al contacto de la membrana de metal fue la misma que hubiera sentido si me hub...

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YO, EL ESTETA

Mi padre fue un hombre poco dado a la decoración y al ornamento. Jamás entendió el sentido de la palabra “estético”. No le preocupó la apariencia: ni la suya como persona ni la de todo aquello que le rodeaba. La belleza, según él, estaba sobrevalorada. Tal vez, pienso ahora, fue aquella negación permanente del criterio artí...

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UNA PIEDRA MÁS

No quería viajar a España. Hacerlo era como salir de la zona de confort que tantos años me había costado conseguir. Cruzar el atlántico era un viaje muy atrás en el tiempo. Siempre que lo hacía tenía la sensación de estar desubicado, aunque mi padre y los cuatro vecinos que quedaban en el pueblo se encargaran de querer convencerme de l...

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SENTIMIENTOS

No lloré. Quiero estar absolutamente convencido de que no lloré, pero no lo sé. Jamás recuerdo si lo hago. Tal vez debiera haberlo hecho, pero las lágrimas son caprichosas y no vale simplemente con invocarlas para que aparezcan. El miedo a carecer de sentimientos es algo con lo que he convivido siempre y aunque jamás me he acostumbrado a ello, no por eso d...

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HECHOS PUNTUALES

Abrí el buzón. Uno a uno fui pasando los sobres con la indiferencia de un carnicero cortando filetes. Apenas recibía ya asuntos importantes por el correo ordinario. Las notificaciones bancarias y las facturas han hecho del correo algo tremendamente aburrido, cuando no molesto. Antes de que todos aquellos sobres terminaran en la papelera, hubo algo que me resultó distint...

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