Anaïs 21
…”¡Tómame, Antonio –imploró ella–, no puedo esperar!Pero él no la tomaba.Para entonces, la ansiedad de sus entrañas era como un fuego rabioso. Pensó que iba a volverse loca. Fracasaba en todos sus intentos de provocarse el orgasmo. Si le besaba demasiado tiempo, él la rechazaba. Conforme se movía, el gran cinturó...
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