EL VUELO A NY
Mi asiento era el C-9, en ventanilla. Ya estaba sentado y con el equipaje de mano en su compartimento cuando en el C-8 se sentó un hombre con problemas de obesidad. Era un norteamericano que educadamente me preguntó si tenía inconveniente en levantar el apoyabrazos que separaba nuestros asientos. Era tal su volumen que ocupó su plaza y parte de la mía, con l...
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