cuando ya no queden
ni las ruinas de los molinos
ni los rotos de los palomares
ni las bodegas derrumbadas
ni las espadañas desmoronadas de las iglesias abandonadas
ni los muros caídos de las casas
ni el rastro de las fuentes
ni siquiera el camino que llegaba a ellas
ni vestigios de dónde estuvo el bar o la última peña
cuando ya no queden
ni cigüeñas ni milanos ni bandadas de estorninos
ni árboles ni remansos
cuando ya no quede nadie con quien echar un rato
cuando ya no quede nada en pie
ya no tendré paisaje donde mirarme
ni lugar al que volver
José Pastor Gónzález

