Me da bastante vergüenza reconocer que compré este libro de Irmgard Keun, escritora alemana de gran éxito durante la República de Weimar a quien no conocía, porque fue compañera de Joseph Roth, uno de mis escritores favoritos. En 1933 los nazis secuestraron sus libros y vivió en la clandestinidad. Gilgi, una de nosotras, es una oda a la libertad y a la independencia de las mujeres, no sin mostrar los estragos del otro extremo de la cuerda. Narrada de una manera ágil y desenfadada, aunque con mucha ironía y cierto cinismo, sólo en ocasiones se muestra algo melodramática. Ahonda en las vicisitudes intemporales de una chica joven e inteligente, con todo el futuro por delante que puede sucumbir a todo por amor. Una interesante reflexión sobre la importancia de mantenernos fieles a nosotr@s mism@s. Una delicia, que en absoluto ha perdido la frescura, a pesar de estar escrita en 1931. Apta para todo tipo de acuíferos y otras masas de agua no subterráneas.
Gracias por estar al otro lado de los cables
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