Dorayaki es un tipo de pastel japonés, que sirve de excusa para hablar de esas existencias, en principio anodinas, de personas con un pasado doloroso y cómo lidian con él. La historia de Sentaro y sus problemas se ve afectada por la llegada de una anciana que le enseña a preparar una pasta especial para sus pasteles. La sutileza de la literatura japonesa alcanza verdadera maestría en esta sencilla novela de trasfondo muy humano. La mayoría de la literatura que leo es melancólica, dura, triste o salvaje, pero rara vez es luminosa, que es el término que mejor la define. No hablamos aquí de finales felices, si no de no regodearse en la sordidez del mundo. Las obras que, de manera gratuita, sólo resaltan el dolor y la fealdad no son mejores. «Hay una razón por la que nace cada persona», ésta es la idea de la que surge la obra que reseñamos hoy. La compasión que subyace puede que os haga recuperar la fe en el ser humano. Apta para playas, ríos y lagos.
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